Así atropellan intencionalmente a una enfermera en México

Alejandra Janeth Cuahuteca, de 27 años, fue brutalmente embestida por un conductor desconocido. Sobrevivió, pero debió atravesar un calvario para ser atendida

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La joven enfermera quería pasar la tarde del domingo con sus padres. Salió después del mediodía de su casa en el municipio de Cuautitlán Izcalli, en el estado de México. Fue caminando.

Cuando avanzaba por la calzada, pegada a la vereda, una camioneta empezó a seguirla lentamente. El conductor fue inclinando la Jeep Gran Cherokee hasta subirlo parcialmente a la acera. Entonces aceleró y arrolló por la espalda a Alejandra Janeth Cuahuteca. La arrastró ocho metros y se fugó a toda velocidad.

La mujer quedó tendida en el suelo, quejándose por el terrible dolor que sentía en todo el cuerpo. Algunos transeúntes se acercaron para asistirla y llamaron a una ambulancia. A partir de ese momento, al calvario de tener múltiples fracturas y el terror de haber sido víctima de un insospechado intento de homicidio se sumó el maltrato sin igual del sistema de salud mexicano.

En el primer hospital le dijeron a sus padres que no podían atenderla si no pagaba un adelanto. Como no tenían dinero, ya que son una familia pobre, les cerraron las puertas y los obligaron a salir de la ambulancia. El ayuntamiento de Coyotepec les ofreció otro vehículo de emergencias para trasladar a Alejandra a la capital del país. Pero allí tampoco terminaron los problemas.

Tras dos horas de viaje hasta el Hospital General de la Ciudad de México, le negaron la atención con el argumento de que era domingo y no tenían personal. Después de pasar por otra institución, en la que también la rechazaron, y luego de casi medio día desde que sufriera el ataque, finalmente la aceptaron en el Hospital Regional de Alta Especialidad. Allí también le dijeron que tendría que pagar, a lo que los padres se comprometieron a pesar de no tener el dinero.

Ya le hicieron algunas intervenciones de complejidad media, pero en los próximos días deberán realizarle una en la columna vertebral que tiene un costo estimado en 7.700 dólares. La familia no sabe qué hacer. Por su parte, la Policía ya identificó al dueño de la Gran Cherokee, pero aún no logra encontrarlo. No hay indicios sobre posibles móviles del atentado.

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