Donald Trump a favor de la tortura por ahogamiento simulado: "Me gusta mucho y no me parece tan duro"

El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos volvió a manifestarse en contra de las restricciones a esos métodos. Según su visión, hacen quedar a su país como “débil”, “estúpido” y “sin liderazgo”

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Lejos de moderar sus palabras como le fue solicitado por sus pares del Partido Republicano, Donald Trump subió la apuesta y se refirió, durante un discurso de campaña en Ohio, a la aplicación de métodos de tortura a los terroristas interrogados por las fuerzas de ese país.

Entre los vitores de sus seguidores y la total aprobación de la multitud que lo acompañaba, el candidato que disputará la presidencia de los Estados Unidos habló del waterboarding, un método de ahogamiento simulado utilizado para quebrar la voluntad de un interrogado con el fin de obtener información.

"Me preguntaron qué pensaba del waterboarding" explicó Trump, "y dije que me gusta mucho, que no me parece tan duro". Las polémicas declaraciones del magnate volvieron a ocupar la opinión pública, su argumentos se basan en que los terroristas pueden torturar y dañar a los prisioneros estadounidenses "como quieran", pero en los EEUU sólo hay restricciones a esos métodos, que, según Trump, hacen quedar al país como "débil", "estúpido" y "sin liderazgo".

Sus polémicas declaraciones no terminaron con esa mención al ahogamiento simulado, sino con una frase aún más contundente: "El fuego debe combatirse con fuego". 

Las palabras de Trump tuvieron lugar tras el atentado en el aeropuerto de Estambul con una metodología similar a la utilizada por los yihadistas, y su discurso sobre la "mano dura" fue ampliamente aceptado por todos sus seguidores.

En referencia al grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) dijo: "Vivimos en tiempos medievales. Tenemos que pararlos, tenemos que ser fuertes. Tenemos que luchar tan brutalmente y violentamente porque nos enfrentamos a gente violenta, gente brutal".

El ejercito de los EEUU prohibió en el año 2006 el uso de la técnica de waterboarding por su ilegalidad y dudosa eficacia. De manera similar, en el año 2009, Barack Obama cerró el programa de interrogación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para diferenciarse del gobierno de George W. Bush, acusado de abusar de esas técnicas en nombre de la guerra contra el terrorismo.