Se tiró desde una catarata de 20 metros con una langosta inflable y salió ileso

El mexicano Rafa Ortiz reemplazó a su kayak por un juguete de piscina. Las imágenes

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La mayoría de las personas consideraría que caer por una cascada de 20 metros de alto con un kayak en excelente estado es bastante extremo. Pero para Rafa Ortiz es un día normal de trabajo. De hecho, como él perfeccionó el arte de los saltos extremos, se dedicó a buscar diferentes desafíos que impliquen el mismo grado de audacia.

Para ilustrarlo, presentó su última aventura del verano: montarse sobre una langosta inflable de piscina y tirarse de cabeza por una cascada en el estado de Washington.

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¿Cómo surgió esta idea?

– Hace algunos años, Rush Sturges (amigo y colega) y yo estábamos hablando sobre hacer una sátira divertida como ésta. Hay un vínculo especial entre los kayakistas y los juguetes inflables de piscina. Nuestros conocimientos de cascadas se conjugan bien. Por eso, hace poco hice resurgir el proyecto. En la actualidad, los desafíos divertidos siempre son bienvenidos.

– ¿Qué te llevó a elegir ese lugar?

– Tuve mucha suerte de tener niveles de agua increíblemente altos. Eso me dio un mayor margen para reconocer el lugar y seguir adelante. Lo hicimos en Outlet Falls, Washington, donde había descendido en kayak algunas veces. De hecho, es una de mis cascadas locales favoritas. Pero no era la cascada ideal para una langosta (Risas).

¿Cómo elegiste tu embarcación?

-El verano pasado, estaba en el Museo Guggenheim de España y una de las muestras exhibía una langosta inflable. Me sorprendió que las personas lo consideraran arte. Unos meses después, estaba en una playa de México y vi una langosta inflable gigante a la venta en un puesto y la compré.

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¿Tenías algún tipo de control con la langosta inflable?

-Si bien es muy estable, no toma velocidad. La semana anterior dediqué un poco de tiempo a entrenar en una cascada de 10 metros de alto y me sentí muy tranquilo. Practiqué unas veces ahí y resolví cómo alcanzar la orilla. Sabía que necesitaba inclinarme sobre las manijas, hacia adelante, en vez de echarme hacia atrás al estilo vaquero. Si caía violentamente sobre la langosta, me podía lastimar, así que lo hice por encima de las manijas. Cuando llegué a la orilla, me di cuenta de que era como estar en un kayak e implementé las mismas habilidades a esta caída libre.

¿Comiste langosta esa noche?

-No, no tenemos muchas langostas en esta zona. Pero usé mi camisa con langostas.

¿Con qué otra embarcación crees que te puedes lanzar de una cascada?

– Un cocodrilo andaría bien. Una ballena también, pero no tendría mucha estabilidad. Pero estoy muy encariñado con mi langosta. Solo se trata de encontrar un nuevo desafío y buscar una nueva cascada para ella. El cielo es el límite.

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