Paraguay y la derrota que no fue tal en Atenas 2004

El plantel dirigido por Carlos Jara Saguier alcanzó la primer medalla olímpica de la historia de su país, luego de perder por 1 a 0 ante Argentina en la final

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Entonces no perdió. Si para la Real Academia Española la definición de perder es "No conseguir lo que se espera, desea o ama", entonces no perdió. A pesar de que el marcador haya terminado en favor de Argentina por 1 a 0, no perdió. El gol de Carlos Tévez a los 18 minutos no significó una derrota. No solo eso, Paraguay no perdió, Paraguay ganó.

El 24 de agosto de 2004, la selección argentina de fútbol se impuso por 1 a 0 ante Paraguay en la final de los Juegos Olímpicos, en lo que significó la primer medalla de oro para el país ganador, luego de 52 años, y la primera en la historia de Guaraní.

Todo comenzó cuando el seleccionado conducido por Carlos Jara Saguier empató ante Brasil en el Preolímpico Sudamericano disputado en Chile y alcanzó los 6 puntos necesarios para quedar segundo en la tabla final, detrás de Argentina, pero por delante del elenco verde-amarelo y del equipo local y conseguir así el pasaje para los Juegos Olímpicos.

El debut ante Japón y la victoria por 4 a 3

A partir de allí se comenzó a gestar un sueño que pocos creían posible, faltaban menos de siete meses para que la llama olímpica llegue a la ciudad de Atenas, había tiempo para prepararse y mentalizarse para enfrentar a las mejores selecciones del planeta en busca de la hazaña.

El defensor Carlos Gamarra, el volante Julio César Enciso y el delantero José Cardozo fueron los tres futbolistas mayores de 23 años habilitados por el Comité Olímpico Internacional, que conformaron aquel plantel que llegaba a Gracia con tres objetivos: Japón, Ghana e Italia.

El 12 de agosto, la garra Guaraní se hizo presente en el Estadio Kaftanzoglio y los 22 jugadores que pisaron el verde césped desde el arranque protagonizaron un partido vibrante que culminó 4 a 3 en favor de los sudamericanos. Luego fue el turno de los africanos, siempre difíciles en los torneos juveniles, quienes consiguieron derrotar al conjunto de Saguier, por 2 a 1, pero no lograrían acabar con el elenco albirrojo, que aún tenía una vida y la supo aprovechar.

El triunfo por 3 a 1 ante Irak

Tres días después, ante Italia, Paraguay dio una muestra de actitud, carácter y fútbol. El gol de Freddy Bareiro a los 14 minutos del primer tiempo fue suficiente para acabar con el combinado europeo, y así, casi de manera inesperada, los sudamericanos clasificaron como primeros del Grupo B.

Sin embargo, aquella clasificación aún no era suficiente motivación para el pueblo paraguayo que, acostumbrado al fracaso olímpico, le costaba entusiasmarse con una selección que ilusionaba.

La llave de cuartos de final volvió a ser tan dramática como el primer duelo del certamen. En esta ocasión el triunfo lo lograron por 3 a 2 ante Corea del Sur, con dos goles de Bareiro y uno de Cardozo, pero los tantos casi sobre el final de Lee, pusieron en jaque la clasificación.

La final de Atenas 2004 entre Paraguay y Argentina

Ese pase a las semifinales hizo caer al plantel de Paraguay y a todo el país que aquello que era un sueño y que era sinónimo de inalcanzable, ahora estaba al alcance de sus manos, gracias a la habilidad de sus pies.

Las gradas del estadio Kaftanzoglio volvían a carecer de público, pero el escenario era diferente al del debut. En esta ocasión las más de 5 millones de almas, que en 2004 componían la República del Paraguay, se prendían a una trasmisión que sería histórica.

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A los 34 minutos de la primera mitad, el combinado albirrojo ya se imponía 2 a 0 con gritos de Cardozo y la consagración se hizo confirmó tras el tanto de Bareiro, el otro goleador del equipo. El triunfo lo aseguraba, Paraguay iba colgarse una medalla, solo restaba saber de que valor.

Pero no perdió. Porque para la Real Academia Española la definición de perder es "No conseguir lo que se espera, desea o ama", entonces no perdió. A pesar de que el marcador haya terminado en favor de Argentina por 1 a 0, no perdió. El gol de Carlos Tévez a los 18 minutos no significó una derrota. No solo eso, Paraguay no perdió, Paraguay ganó. Porque consiguió aquello que deseaba y amaba, subir a un podio olímpico por primera --todavía única-- vez en su historia.