El día que el ciclismo uruguayo logró lo que el fútbol olvidó

El 20 de septiembre del año 2000, durante los Juegos de Sídney, Milton Wynants se colgó la medalla de plata y subió al podio olímpico, luego de 36 años de ausencia charrúa

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Uruguay supo ser la envidia del fútbol mundial durante la década del 20, cuando alcanzó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam 1928, pero con el correr de los años aquellos logros fueron quedando en el pasado y hasta el día de hoy ninguna otra selección celeste pudo volver a subir siquiera al podio.

Durante las ediciones siguientes, otros deportes como el remo y el boxeo comenzaron a ocupar las páginas uruguayas de gloria olímpica, pero aquellas hojas sufrieron un faltante de tinta durante 36 años.

Entre Tokio 64 y Sídney 2000, el país sudamericano no pudo alcanzar ninguna presea, pero el ciclismo, un deporte del cual ningún fanático esperaba que obtenga una medalla, cortaría con aquella mala racha.

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El joven Milton Wynants marcó dos goles para el Club Atlético Litoral, equipo en el que se desempeñaba como jugador de hockey. Esas anotaciones le valieron un regalo muy especial por parte de su tío, quien le compró su primera bicicleta.

Su pasión por la velocidad en dos ruedas lo alejó de las canchas de hockey y en 1992, cuando tenía 19 años, logró el tercer puesto en la modalidad de 4 X 75 kilómetros en ruta, en los Panamericanos Juveniles, Juegos en los que también logró el último escalón del podio en las 200 millas.

Los minutos finales de la consagración de Milton Wynants en Sídney 2000

Sus logros en juveniles se repitieron en las categorías mayores y quedará en la historia por haber sido el primer ciclista menor de 20 años en llegar al podio en las Rutas de América, prueba que ganaría en 1993 con el equipo de Nacional y sufriría un terrible accidente al cruzar la meta y estrellarse contra un automóvil.

Aquellas actuaciones, sumadas a la medalla de plata en los Panamericanos de Mar del Plata 95, le valieron el pasaje para los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, en el que culminó 11° luego de 180 vueltas con embalaje cada diez giros. A pesar de su gran rendimiento, esa performance ni siquiera sería comparable con la que lograría 4 años después.

Milton Wynants fue recibido como un héroe Paysandú, su pueblo natal

Los Juegos llegaban por segunda vez a Australia (luego de Melbourne 1956) y el lamento uruguayo por la ausencia de la selección masculina de fútbol, era tan grande que los charrúas habían olvidado que Wynants corría aquella mañana del 20 de septiembre.

"Papá, papá, lo logré, soy medalla de plata, ¿estás contento viejo?", cita una de las tantas páginas que rememoran su hazaña, como un supuesto dialogo entre el ciclista de 28 años y su padre, también fanático de los pedales.

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En la carrera modalidad puntuación, Wynants llegó segundo en el sprint final, posición que le permitió sumar los 18 puntos necesarios para superar al ruso Alexis Markov y quedar por detrás del español Joan Llaneras, ganador de la prueba.

Esa medalla de plata y aquel lugar en el podio ha sido el último que ha logrado el país sudamericano y el único en la historia del ciclismo uruguayo, que al menos una vez en la historia pudo pasar al frente y lograr lo que el fútbol no pudo: despertar a Uruguay de una siesta de 36 años.