Cuáles son los delitos detrás de los servicios de compra y venta por Internet

Venta de artículos robados, 'phishing' de datos bancarios y aparatos para piratas del asfalto son problemas que enfrenta el gigante online que responde 200 oficios judiciales por mes. Las políticas internas y cómo se los combate

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El miércoles pasado, los abogados penalistas Gabriel Iezzi y Víctor Varone anunciaron en la más reciente reunión de la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones un logro al menos significativo que implica cambiar las políticas de seguridad de uno de los mayores gigantes de internet. Luego de varias negociaciones, Iezzi y Varone, que coordinan la Mesa para nuclear a fiscales especializados, oficiales de fuerzas de seguridad y firmas damnificadas, lograron que MercadoLibre, el principal portal de ventas en habla hispana, se comprometa a prohibir la venta de inhibidores de celulares en su plataforma. Los fiscales y comisarios presentes levantaron sus pulgares en signo de aprobación: los inhibidores, o jammers, son la principal herramienta para el robo de camiones y camionetas que transportan mercadería.

Hace años que las bandas que operan en Capital y Gran Buenos Aires incorporaron inhibidores de señales a su arsenal operativo en sus camiones de apoyo. Sirven, básicamente, para interrumpir cualquier señal de auxilio, sea desde un sistema de seguimiento satelital o desde un handy o teléfono celular. El camión a punto de ser robado, en términos de comunicaciones, desaparece del mapa. Los inhibidores no son ilegales; los más avanzados pueden costar hasta $43 mil pesos. No son difíciles de encontrar, por otra parte. En MercadoLibre estaban disponibles a cualquier persona con apenas un click.

"A través de la investigación de los casos que nos llegan al estudio nos contactamos con la gente de MercadoLibre, la problemática básicamente ronda en la comercialización de mercadería sustraída y la venta de inhibidores de señal o elementos para su fabricación", apunta el abogado Iezzi. "Esto ataca al punto más sensible de las bandas; que se prohíba la venta de inhibidores contribuye a erradicar esta modalidad delictiva", completa Varone. Prohibir la venta de inhibidores no fue el único punto para la Mesa Interempresarial; Mercado Libre también estableció un protocolo para colaborar con los requerimientos de autoridades.

Es algo inevitable: con 150 millones de usuarios en toda la región –20% de ellos en Argentina, según fuentes del mercado- y 37 millones de publicaciones, algo ilícito eventualmente ocurre. Un veterano fiscal que conoce la problemática apunta: "Lo que antes era la avenida Warnes o la calle Libertad, hoy lo es en parte Mercado Libre. Empezó hace unos años con la venta de autos irregulares, podías terminar comprando uno con una patente melliza. Hoy, dentro del sitio o vinculado al sitio, básicamente ves de todo".

La venta de artículos robados o mercadería trucha, el "phishing" de información de home banking para revender mercadería en el sitio y lavar el dinero robado, así como productos en zonas grises de la ley son problemas frecuentes. Hoy, Mercado Libre responde un promedio de 200 oficios de la Justica argentina cada mes. La abogada Rocío Martínez Houssay, gerente senior del área de Legales y Relaciones Gubernamentales, asegura: "Somos los principales interesados en tener una plataforma que le garantice una buena experiencia a los usuarios. En esa línea tomamos diferentes medidas, colaborando con las autoridades o actuando puertas adentro. Dos meses atrás, logramos un acuerdo con la fiscalía general de la ciudad de Buenos Aires. La semana pasada con la fiscalía general de Córdoba. Son mecanismos que buscan agilizar las comunicaciones".

Muy amigos de lo ajeno

Cada mes, más de 2000 publicaciones son dadas de baja por el sitio mismo a raíz de denuncias. El robo de celulares que luego son detectados por sus propios dueños en el sitio es una constante. Recuperar lo robado es difícil, aunque no es imposible. A comienzos de este mes, la división Defraudaciones y Estafas de la PFA armó una pequeña escena, por así decirlo.

En el sitio, se ofrecía una guitarra Fender que un hombre de 34 años denunció como robada de su auto en la Comisaría Nº31. La Policía ubicó la guitarra en el sitio y la "compró", por así decirlo, pactando un precio de $32 mil pesos y una entrega en el Pasaje Rivarola al 100, zona de Congreso. El dueño de la guitarra estuvo ahí para confirmar que fuese la suya. La tenía un chico de 17 años, que terminó detenido.

A fines de abril, la división Delitos Tecnológicos bajo la firma del Juzgado Nº35 a cargo de Silvia Ramond hizo una maniobra similar con una bicicleta Cannondale, una de las mejores marcas del mercado, modelo Trail 5 y con un valor de $30 mil pesos. Un comerciante la había denunciado como robada a principios del mes; se la robaron con un simple corte de cadena en la zona de Palermo. Fue ubicada en un comercio de la calle Florida al 900; el hombre a cargo de la venta quedó detenido. A mediados de febrero último, por órdenes del Juzgado Nº45 de María Fontbona de Pombo, Robos y Hurtos detuvo a un hombre y a una mujer en la calle Rosario al 400, barrio de Caballito por ofrecer en el sitio artículos presuntamente robados de un depósito de electrónica en Villa Lugano.

Hay delitos complejos que van más allá de vender un artículo robado. La Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) bajo el ala del Ministerio Público Fiscal y a cargo del doctor Horacio Azzolín, es un punto de contacto frecuente para el área jurídica de Mercado Libre. Los fraudes con información bancaria son el principal punto. A comienzos de este año, Azzolín y su equipo colaboraron con un fiscal porteño en dos casos altamente complejos. El primero, un joven que, haciéndose pasar como personal del sitio, reclamó diversas comisiones de ventas a usuarios, lo que equivale a una maniobra extorsiva. Logró hacerse con $400 mil pesos en pocos meses, un delito perfecto con riesgo cero donde se alzó con una pequeña fortuna sin salir de su casa y mucho menos disparar un solo tiro. El segundo, un caso de "phishing", o el robo de información bancaria online a clientes de diversas instituciones. El dinero que se robaba de forma online se lavaba en televisores HD. Los aparatos eran vendidos en MercadoLibre a la mitad del precio usual, un caso que tuvo un allanamiento reciente.

"Fue inteligente en el lavado, digamos. Un televisor es algo muy difícil de rastrear, hay miles iguales. Es un delito de muy baja visibilidad. No hace falta ser hacker para esto, no tenés que ser Neo en 'The Matrix'. Hay tutoriales en Internet para robar datos bancarios", apunta una voz cercana a ambos expedientes. Los presuntos "hackers" no son el fin de la cadena: otros estafadores suelen comprar la información que obtienen, según pudo descubrir la UFECI. Sin embargo, hay cierta sofisticación: varios de los imputados emplean el browser Tor, un clásico de la Deep Web, que vuelve más difícil el rastreo de la dirección IP.

De vuelta en las oficinas de MercadoLibre, la abogada Martínez Houssay aclara: "El 'phishing' es algo conocido. No nos enteramos porque a nosotros no llega; no hay forma de poder determinarlo porque no tenemos posibilidad de trackearlo". Cerrar un trato fuera del sistema MercadoPago, es decir, pagando en mano y en la calle, dificulta aún más los rastreos. Como política, MercadoLibre decidió prohibir la venta de entradas de partidos de fútbol en Capital Federal. Cualquier otra entrada, como por ejemplo de un espectáculo, pasa obligatoriamente por MercadoPago, lo que genera un rastro de dinero.

El límite es el problema

Fuentes tanto en la Justicia como en las fuerzas de seguridad reconocen la rapidez y meticulosidad de MercadoLibre en ofrecer información para acelerar investigaciones. La abogada Martínez Houssay reconoce: "Mercado Libre no tiene forma de controlar lo que se vende. El ANMAT investiga si ciertas publicaciones son una infracción a su normativa, las denuncias y nosotros las bajamos, todo esto bajo un acuerdo de colaboración. Lo mismo con el Ministerio de Seguridad para la venta de determinadas autopartes usadas. Aquí se proveen datos de usuarios también".

MercadoLibre tiene una larga lista de ítems prohíbidos, desde drogas y armas hasta tarjetas de crédito y determinadas autopartes. Pero, por otra parte, hay zonas grises. Este mes en el sitio, de cara a la tragedia de la fiesta Time Warp, un usuario porteño puso en venta una comprimidora de pastillas, capaz de fabricar 4 mil unidades por hora. Hay dos vías al respecto: la máquina puede procesar algo como ibuprofeno, o drogas de diseño. Una comprimidora idéntica fue empleada por el español Francisco Ribas Rocher en octubre de 2013 para montar una pequeña fábrica de pastillas de metilona, una droga similar al éxtasis pero más barata y de mayor toxicidad. Cayó con 21 mil pastillas con un valor de 200 pesos cada uno en varias discotecas y metilona suficiente para otras 100 mil. Solo necesitaba una máquina como la que se ofrece en MercadoLibre, con un poco de lactosa como excipiente.

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La abogada Martínez Houssay no le escapa al dilema. En este caso, MercadoLibre no puede intervenir. "Esta tecnologías se llaman 'falsos positivos'. Los riesgos de moderar son altos. Un producto puede tener su venta permitida, depende del uso que el comprador le dé. Intervenimos cuando la prohibición es absoluta, cuando el producto no requiere una investigación, como las drogas, o armas de fuego, las cuales nosotros no permitimos", asegura.

Ahora, ¿cómo se llega a la expulsión? ¿Qué tiene que hacer un vendedor para ser prohibido del sitio? Lo define un algoritmo particular en la base de datos, que mide el comportamiento para aplicar sanciones irreversibles. "Es confidencial, inclusive para nosotros", dice Martínez Houssay.