Un iraní se prendió fuego en un centro de refugiados controlado por Australia

El hombre de 23 años está grave. Su gesto desesperado coincidió con la visita de una delegación de la ONU. El mismo día, fue anunciado el cierre de otro campamento del país oceánico. IMÁGENES SENSIBLES

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El hombre de 23 años está grave. Su gesto desesperado coincidió con la visita de una delegación de la ONU. El mismo día, fue anunciado el cierre de otro campamento del país oceánico. IMÁGENES SENSIBLES

"Puedo informarles de que un hombre de 23 años, que vino en barco desde Irán, se encontraba en las afueras de un centro de detención de Nauru, en un área de asentamiento, y se prendió fuego, esta mañana", declaró el ministro de Inmigración, Peter Dutton, en una conferencia de prensa.

Según fuentes consultadas por el diario Sidney Morning Herald, el joven iraní que vivía en el asentamiento Nibok, se roció el cuerpo con 20 litros de petróleo antes de prenderse fuego.

En el video que se dio a conocer en medios locales, el hombre aparece gritando: "Estamos así de cansados. Este acto probará lo exhaustos que estamos. No puedo soportarlo más".

Las autoridades tienen previsto trasladarlo a un hospital en Australia en las próximas horas, pero señalaron que que tan pronto como se recupere, el hombre volvería a Nauru, el centro que aloja a 468 solicitantes de asilo bajo un régimen abierto.

La inmolación coincidió con la visita de tres representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), quienes presenciaron los hechos.

Además, la organización Refugee Action Coalition anunció que otras cuatro personas intentaron suicidarse el martes por la noche tomando detergente y que estaban siendo tratados por personal médico en la isla.

El mismo día, el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, Peter O'Neill, anunció el cierre de otro centro de detención para inmigrantes que Australia tiene en la isla Manus, después de que el Tribunal Supremo del país lo declarara ilegal.

Canberra envía a los demandantes de asilo que tratan de entrar por vía marítima en el país a remotos centros de retención en Papúa Nueva Guinea o Nauru, sin darles esperanzas de ser instalados en Australia.

Esta política se ha criticado duramente a nivel internacional, incluyendo la ONU. En octubre, el centro de procesamiento regional de Nauru se convirtió en un "centro abierto", otorgando a sus habitantes libertad de movimiento.