Amnistía Internacional: "La Unión Europea no está respetando sus obligaciones en Derechos Humanos"

Lo aseguró Leah Tandeter, la coordinadora de justicia y política internacional de la ONG, sobre el acuerdo recientemente firmado entre Turquía y el bloque. También habló sobre los programas para recibir refugiados sirios

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Sólo en los cuatro meses que van de 2016, 172.116 personas llegaron a la Unión Europea a través del Mediterráneo y 711 murieron en el intento. Según los datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), durante 2015, el año en el que la crisis migratoria batió todos los récords, arribaron 1.015.078 migrantes y 3.771 fallecieron en el mar.

La historia tendría suficiente dramatismo si terminara después de la odisea de cruzar el mar. Para la mayoría, la travesía hace una pausa en las tiendas embarradas de campos de refugiados griegos como Moria o Indomeni, verdaderos "limbos" entre el cielo europeo y el infierno turco, donde esperan la decisión de las autoridades europeas.

Sin embargo, después de meses de desborde y de dar pasos en falsos respecto de la que es la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, la Unión Europea ha descartado analizar la mayoría de las solicitudes de asilo y ha comenzado a deportarlos. El acuerdo firmado con Turquía implica la devolución de todos aquellos que hayan pasado por ese país antes de llegar a Europa. A cambio, el bloque pone a disposición del gobierno de Recep Tayyip Erdogan unos miles de millones de euros de difícil monitoreo.

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Infobae habló con Leah Tandeter, coordinadora del área de justicia y política internacional de Amnistía Internacional (AI) en Argentina. La organización ha sido una de las voces más críticas que se han levantado contra el acuerdo.

—Amnistía se manifestó en contra del acuerdo entre la UE y Turquía. ¿Cuáles son sus implicancias?

—Básicamente, la UE no está respetando sus obligaciones en materia de derechos humanos. Esto significa que no está dando trámite a las solicitudes de asilo, ni garantizando los derechos humanos de las personas que huyen de su país de origen porque corre riesgo su vida y su integridad. Así y todo, emprenden un viaje también riesgoso hacia Europa, con la esperanza de ver garantizados sus derechos humanos, cosa que no ocurre.

La EU tenía que dar una respuesta coordinada y solidaria, pero en su lugar, ha derivado el problema: la situación crítica fue trasladada a Turquía.

—¿En qué consiste concretamente el acuerdo?

—La UE ni siquiera analiza las solicitudes de asilo: directamente devuelve a los refugiados. Se basa en el principio del "tercer país seguro", por el cual los refugiados tienen que pedir asilo en el primer país seguro al que llegan. Muchos de los que salen de Siria hacen escala en otros países no seguros, como por ejemplo Irak, hasta que llegan a uno seguro, donde deberían hacer la solicitud de asilo. Como la UE califica a Turquía como nación segura, todos los que estaban en campos de refugiados allí y luego viajaron a Europa, o los que hicieron una escala antes de cruzar el mar, deben ser devueltos a Turquía.

—¿Y es Turquía es un país seguro?

—No. De acuerdo con la información que maneja Amnistía Internacional y a las investigaciones que hemos hecho, Turquía es un país que está desbordado por la crisis de refugiados. Antes de esa crisis ya tenía déficits estructurales importantes, y esto se ha agravado con las enormes olas de refugiados que ha recibido en el último año y tanto, por lo que no da abasto. La situación en los campos de refugiados es que no hay cloacas, no se puede garantizar el derecho a la educación de los niños, ni el derecho a la salud, ni los derechos más básicos de las personas que se encuentran allí.

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Incluso a pesar de la promesa de que destinarán recursos para que Turquía mejore sus condiciones de asilo, lo cierto es que esos procesos llevan tiempo y hoy ya se están haciendo las primeras deportaciones.

—Amnistía denunció, además, el envío de refugiados sirios desde Turquía a Siria, un país desgarrado tras 5 años de guerra civil. ¿Se trata de un mecanismo habitual?

Sí. Hemos tenido acceso a una serie de testimonios que dan cuenta de esta situación, con lo que eso implica para una persona que huyó de la guerra. Las investigaciones de AI entonces no sólo han evidenciado una situación crítica en los campos de refugiados, sino que también han revelado ciertas prácticas muy graves que se dan en Turquía. Otro ejemplo es que los refugiados son frecuentemente alojados en centros de detención como criminales comunes.

—La situación de los refugiados sirios parece ser diferente de la de los de otras nacionalidades. ¿Tienen el mismo "estatus" que el resto de los refugiados para la UE?

No es que no tengan el mismo estatus. Lo que sucede es que para la opinión pública europea e internacional, el gran tema son los sirios. Y es cierto también que es el flujo migratorio más grande. Por eso la UE prioriza esa crisis de refugiados y en el acuerdo firmado con Turquía se ha comprometido también a reasentar a un sirio por cada refugiado –de cualquier nacionalidad– que sea reconocido por Turquía.

Tandeter hace una pausa para marcar una diferencia que le parece importante. Explica que un refugiado es aquel que cruza una frontera internacional por un temor fundado a un riesgo contra su vida y contra su integridad y que busca una protección de un tercer Estado. En casos como el de Siria o lo que fue en algún momento Colombia, donde se registran violaciones masivas de los derechos humanos, en general hay políticas generales y no hay que analizar cada caso".

Además, explica, el refugiado tiene derechos: que se garantice su no devolución, una documentación que le permita habitar y trabajar, viajar. "A veces, los refugiados piden asilo en países que no pueden cumplir con esos derechos, y ahí entra la figura del reasentamiento", cuenta Tandeter.

"Reasentar personas es una tarea muy costosa: en general no se trata de una sola persona sino de un grupo familiar, y hay que pagar los traslados"

Consiste en la posibilidad de que una persona que ya es reconocida como refugiada pueda ser reasentada en un tercer país. "Esto depende de muchas voluntades y lo cierto es que reasentar personas es una tarea muy costosa: en general no se trata de una sola persona sino de un grupo familiar, y hay que pagar los traslados –por ejemplo de una familia que está en Turquía y que podría ser recibida a Brasil–".

—¿Existen en Latinoamérica programas de reasentamiento de refugiados?

Los gobiernos latinoamericanos, por lo general, no cuentan con los recursos para desarrollar programas de reasentamiento de refugiados, de ahí que estos casi no existan. De hecho, en este momento no existe un país de Latinoamérica que reasiente masivamente refugiados. Si contamos América sí, está el caso de Canadá y también el caso de Estados Unidos, ambos con políticas muy generosas en esta materia.


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—Argentina tiene un programa que se llama Siria, ¿en qué consiste?

Es un programa de visas humanitarias. Un ciudadano argentino con algún tipo de vínculo social o familiar con una persona que se encuentra en Siria puede auspiciarlo para que sea recibido en el país. Tiene que hacer la presentación y comprometerse a hacerse cargo de todos los gastos (traslado, trámites, etcétera). Una vez que es reconocido como refugiado en Argentina, recibe un dinero muy magro para vivir los primeros meses y, por un corto período, tiene ayuda habitacional y talleres de idiomas y de oficios. Quien está a cargo es la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones, que es la agencia implementadora de la ACNUR. Estos beneficios duran unos meses y cuando ese período pasa, se queda sin nada.

Con este programa, que nació en octubre de 2014 y se renovó en octubre de 2015 por un año más, habrán llegado al país poco más de cien personas.

—Eso es muy poco para las cifras globales de la crisis...

Sí, por eso destacamos este programa pero advertimos que es insuficiente. Las personas que esponsorean tienen que pagar tasas, además de todos los gastos. Lo que nosotros le pedimos al gobierno argentino es que simplifique el proceso y por otra parte que garantice su gratuidad. Nos parece bien, pero no deja de ser una respuesta privada: el Estado no invierte recursos.

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En Grecia miles de refugiados se arriesgan a la deportación mientras esperan la revisión de su solicitud de asilo

—¿Con qué tiene que ver la falta de programas?

Tiene que ver con la falta de recursos y con que no se priorizan este tipo de iniciativas. Sin embargo, me parece que la situación ha escalado a tal punto que exige que todos los países, cercanos o lejanos a la situación, respondan y se muestren solidarios. Una novedad es que la semana pasada hubo una conferencia en Ginebra sobre refugiados donde la canciller Susana Malcorra se comprometió a que Argentina recibiría refugiados y dijo que estaba analizando vías de financiamiento. Nosotros estamos interesados en conocer un poco más sobre ese proyecto.