Hyperloop: el transporte de ciencia ficción llega a Europa

El denominado "quinto medio de transporte" firmó un acuerdo para construir una ruta que una Viena, Bratislava y Budapest en 20 minutos

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Hyperloop Transportation Technologies es un proyecto que planea hacer realidad hechos de ciencia ficción  162
Hyperloop Transportation Technologies es un proyecto que planea hacer realidad hechos de ciencia ficción 162

Hyperloop quiere cambiarlo todo. Hacer posible algo hasta hoy impensado. Mover elementos y personas a 1.200 kilómetros por hora lo transformaría todo. Acortaría las distancias, acercaría al mundo, impondría un nuevo sistema de vida. Hyperloop Transportation Technologies es un proyecto revolucionario que está en una fase de prueba avanzada, acelerando su ingreso al mundo real. Empezó la cuenta regresiva para que la ciencia ficción engendre el presente.

La compañía firmó un acuerdo con autoridades eslovacas para unir Viena, Bratislava y Budapest. Para juntar las capitales de Austria, Eslovaquia y Hungría mediante una ruta de circulación y conexión que demande un tiempo inferior a 20 minutos. Hoy, bajo las condiciones actuales de transporte, el trayecto se completa en ocho horas. El Hyperloop viajaría los 80 kilómetros que hay entre Bratislava (Eslovaquia) y Viena (Austria) en un lapso de ocho minutos y recorrería los restantes 200 kilómetros hasta Budapest (Hungría) en otros diez minutos. Esta disminución drástica de la temporalidad de los viajes reconfiguraría los estereotipos establecidos.

 Teslamotors 162
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Para entender su dimensión, es menester desmenuzarlo. Fue bautizado como el quinto medio de transporte, alternativo a los aviones, los automóviles, los barcos y los trenes. Es un vehículo basado en cápsulas flotantes impulsadas por levitación magnética que se desplazarían casi a la velocidad del sonido por el interior de tubos cilíndricos anclados en tierra. Las cápsulas se lanzarían mediante electroimanes y se aprovecharían de la baja densidad del aire para sostener su ritmo vertiginoso.

Hyperloop se define como una opción para hacer el mundo más pequeño, limpio y eficiente. Es el modo de transporte libre de combustión fósil. Dotado por una alta eficiencia energética, se motoriza por una elegante energía de propulsión eléctrica. Se alimentaría de energías 100% renovables, con motores similares a los de inducción de los vehículos de Tesla Motors y paneles fotovoltaicos posados para absorber los rayos solares sobre la línea que trace el perímetro tubular. Su mecánica de propulsión sería necesaria al principio y en algunos puntos fijos donde se pierda velocidad (subidas y curvas) ya que en el resto del trayecto lo movilizará la inercia. La cabina se transportaría dentro de un recorrido de tubos herméticos sobre una cámara de aire y a baja presión, lo que reduce a cero el rozamiento y la fricción. Se especula que no tenga ventanas, por lo que se compensaría la dimensión de espacio en el interior con paneles inteligentes.

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Será un transporte automatizado para evitar los errores humanos, inmune al viento, hielo, niebla, lluvia o cualquier otro factor climatológico que impacta en los tradicionales medios de trasbordo actuales. Los diseñadores programaron dos versiones de tubos transportadores: uno que pueda transportar un promedio de 28 pasajeros y otro modelado para transferir objetos. El costo del proyecto recaería en el circuito de tubos, una ingeniería menor, y no en la maquinaria en sí misma que se traduciría, por acción también de las energías renovables, en el bajo costo de un hipotético pasaje.

Su costo de inversión sería 30 veces inferior a un tren bala de máxima tecnología. Esta tecnología no restringiría el acceso o el derecho de paso, reemplazaría las formas convencionales de viaje muchas veces lentas, cansadoras, peligrosas y contaminantes, reduciría la superpoblación de las grandes ciudades, eliminaría los traumas de congestión que suponen las periferias urbanas, habría una frecuencia posible de travesía cada dos minutos y medio amparados en la garantía de seguridad del proyecto, al estar sostenido sobre pilotes no lo afectaría los efectos de un terremoto. Fundaría una nueva manera de entender los tiempos cotidianos de vida.

Hyperloop es un proyecto concebido en 2013 por Elon Musk, el cofundador de Tesla Motors, PayPal y SpaceX, como una alternativa de transporte. El visionario emprendedor ideó un plan para ir de San Francisco a Los Ángeles en media hora sobre un vehículo de velocidad subatómica mediante un sistema de propulsión magnética. Un formato inspirado en la ciencia ficción, en los modelos de transportación de la serie Futurama o en el sistema de tubos neumáticos empleado en oficinas para el envío de documentos, para establecer una analogía.

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Desde su nacimiento como teoría revolucionaria, el proyecto debió sortear un sinfín de obstáculos de naturaleza burocrática, técnica, corporativa y cultural. No es que se hayan evitado por completo, pero los impedimentos políticos van desmaterializándose. Esta tecnología ya se está probando y testando en Quay Valley, en el emprendimiento pionero que juntará en media hora los 600 kilómetros de distancia entre ciudades de California. Y por 20 dólares. Una transformación transversal a la historia que tiene proyección de realidad para 2020.

La construcción de este emprendimiento en el corazón de Europa Central expandirá esta tecnología de vanguardia. El acuerdo entre la compañía y las autoridades europeas fue celebrado por los protagonistas de esta alianza. Vazil Hudak, ministro de economía de Eslovaquia, valoró la iniciativa en un comunicado: "En Europa, Hyperloop podría recortar distancias y conectar redes a un nivel sin precedentes hasta ahora. Un sistema de transporte de este tipo permitiría redefinir el concepto de desplazamiento e impulsar la cooperación transfronteriza en este continente. La expansión de Hyperloop dará lugar a un aumento de la demanda para la creación de nuevos centros de innovación en esta área".

Dirk Ahlborn, CEO de Hyperloop Transportation Technologies, también expresó sus sensaciones con su incursión en Europa: "Eslovaquia es un líder tecnológico en industrias como la de la ciencia de materiales, la automotriz o la energética, áreas esenciales para el sistema Hyperloop. Con nuestro proyecto en Quay Valley, este acuerdo con Eslovaquia y futuros desarrollos en otras regiones del mundo, HTT se ha convertido claramente en un movimiento global".

Este convenio promete materializar todo lo extraordinario que parecen sus promesas y proyectos. La realidad es que por ahora es una tecnología que no dispone siquiera de prototipos. Están en proceso de creación con iniciativas crowdfunding, seleccionando circuitos de pruebas y armando concursos de diseño para las cápsulas. Pero el planteo de Dirk Ahlborn, el principal responsable de la iniciativa, enciende la ilusión: "cuando puedes viajar 600 u 800 kilómetros en 20 ó 30 minutos con un costo muy bajo, puedes plantearte ¿dónde voy a comer hoy? Estas cosas cambian cómo vamos a vivir". Hyperloop es una auténtica revolución en la forma de viajar, pero también de la manera de vivir. A esperar.