La flexible legislación panameña hizo de ese país una de las principales rutas para el lavado de dinero a escala global y el estudio Mossack Fonseca & Co, creado en 1977 y con 40 sucursales alrededor del mundo, es uno de los actores principales en el negocio de creación de firmas offshore y sociedades fantasmas para dificultar su rastreo.
En los últimos años, el nombre del estudio saltó a luz vinculado a escándalos de corrupción en la Argentina, Brasil y España, entre otros países.