Las 8 principales conquistas de la iniciativa "La hora del Planeta"

Hoy se celebra el movimiento por la ecología más grande del mundo. Promovió legislaciones y proyectos medioambientales trascendentes en numerosos países. De qué se trata

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La cita es para el sábado 19 de marzo de las 20:30 a las 21:30  162
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Sesenta minutos por el cambio. La propuesta es simple. Apagar las luces, desenchufar los electrodomésticos, prescindir de cualquier tipo de energía durante una hora. Calmar el colapso del planeta, dejar que respire, detener la rueda eléctrica que gira al mundo. La Hora del Planeta es el movimiento ecológico más grande del mundo. Propulsado por la ONG internacional "Fondo Mundial por la Naturaleza" (WWF, sus siglas en inglés), acompañado por los estados de 178 naciones y motorizado por una comunidad global dispuesta a invertir un espacio temporal minúsculo en su vida para beneficio de las futuras generaciones.


Hoy se celebra el movimiento por la ecología más grande del mundo. Promovió legislaciones y proyectos medioambientales trascendentes en numerosos países. De qué se trata

Hoy, de 20:30 a 21:30, el mundo apagará sus luces. Este año se presenta bajo el lema "Ahora es el momento. Cambia por el clima". La iniciativa data de 2007 en un evento simbólico en la ciudad de Sidney que reunió a dos mil comercios y dos millones de personas. En su décima edición ha logrado una evolución permanente y constante en la creación de conciencia humana y la implementación de acciones climáticas en más de siete mil ciudades del globo y miles de millones de adeptos.


Organismos locales de cada región del planeta confirmaron el apagón masivo de los edificios más icónicos del planeta. El Obelisco, el Palacio Real de Madrid, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, Notre Dame, el Sky Tower, la Plaza San Marco, la Torre de Pisa, el rascacielos Taipéi 101, la Opera de Sydney, el Kremlin, la Fontana de Trevi, el Coliseo, la Basílica de San Pedro, el Big Ben, el Castillo de Edinburgo, las Torres Petronas la Marina Bay Sands, la Torre de Tokio, el Estadio Nacional de Beijing, la Puerta de India, el Burj Khalifa, la Estatua de David, la Puerta de Brandemburgo, la estatua de la Sirenita en Copenhague, los Palacios de Westminster y Buckingham, el Edificio Empire State, las Cataratas del Niágara, el aeropuerto de Los Ángeles. un sinfín de recintos históricos repartidos por todo el planeta se volverán a asociar para hacer más exponencial su compañía simbólica en busca del cambio mundial de la gestión de recursos. Miles de millones de habitantes del Planeta se comprometen año a año a aportar un gesto mínimo que gana potencia cuando se masifica, con la premisa de reconvertir la vida de modo sustentable.



La Hora del Planeta no es sólo una movida para apagar las luces. Desde sus comienzos, hilvanó una serie de consecuencias, de detonaciones de campañas ambientalistas. El movimiento cultural, social y político más repetido en el mundo ha logrado estimular la activación de medidas gubernamentales responsables con el medio ambiente.


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Rusia efectivizó el impacto de la Hora del Planeta en la promulgación de leyes ecológicas. En diciembre de 2012, la población reunió 120 mil firmas para elevar al Parlamento una medida a favor de la protección de sus mares contra la contaminación petrolera. La petición, integrada a la campaña "Lo haré, si tú lo haces", fue presentado, aprobada, convertida en ley y posteriormente instrumentada. Tras ese éxito, al año siguiente la Hora del Planeta de la WWF rusa lanzó una campaña similar con el objetivo conseguir más de 100 mil firmas para exigir una reforma en la legislación forestal.


En Botsuana, África, se sembraron más de 100 mil árboles en Goodhope, un área degradada al sur del país. Las autoridades se comprometió a sembrar un ambicioso registro de un millón de árboles nativos como parte de su reto propuesto durante la campaña "Lo haré, si tú lo haces". En Uganda, adoptaron un pacto de plantar el primer bosque de la Hora del Planeta, lo que representó el paso iniciático para frenar la deforestación promedio mensual de seis mil hectáreas. Una acción conjunta entre funcionarios, empresas y ciudadanos están cooperando para la realización del proyecto. El movimiento local identificó cerca de 2.700 hectáreas de tierras degradadas y estableció como objetivo el sembrado de por lo menos 500.000 árboles nativos.


En Estados Unidos, cerca de 35 mil chicas scouts participaron del proyecto "Ahorrá Energía" a través de la Hora del Planeta. Instalaron 132.141 focos de bajo consumo por todo el país, causando una reducción asombrosa de 34.197,505 kilogramos de emisiones de dióxido de carbono, un equivalente a la cantidad de CO2 secuestrada por la siembra de 2.949 hectáreas de árboles en un año.


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En Argentina, así como en Rusia, en las Islas Galápagos y en Gales, también se han promovido cambios legislativos. La Fundación Vida Silvestre Argentina, asociada a WWF y organizadora de la Hora del Planeta en el país, impulsaron la sanción de la ley que creó la primera Área Marina Protegida de Argentina, Banco Namuncurá (Burdwood). Con esta aprobación del Senado, se protegió el AMP más grande del territorio nacional con más de 3,4 millones de hectáreas. La ONG, con el aporte de datos técnicos, colaboró en amparo legal de esta meseta submarina y pudo ampliar la custodia del mar Argentino a un 4 por ciento. Tras la sanción de la ley, actualmente se está trabajando en el Plan de Manejo de esta área protegida.


Los movimientos que se propagaron catapultados por la repercusión de la Hora del Planeta sirvieron además para plantar 17 millones de árboles en Kazajstán, promover una entrega de cocinas energéticamente eficientes a familias de Nepal y Madagascar y favorecer la iluminación de hogares mediante energía solar en India y Filipinas.



Para la campaña de este año, la edición latinoamericana del Fondo Mundial por la Naturaleza movilizó las conciencias ambientales a través de su plataforma web, en la que instó a los usuarios a elegir entre la posible conservación de una especie o un hábitat, ambos impactados por el cambio climático. En Argentina, las opciones fueron el Venado de las Pampas o el Yaguareté. En el resto de los países del continente sudamericano compiten tanto ecosistemas afectados como el bosque nativo chileno, el agua dulce colombiana, la misma Amazonía o el Gran Chaco paraguayo, con especies en peligro de extinción como el tiburón ballena, la balleza azul, el jaguar, el tapir andino, el delfín de río o la mariposa monarca mexicana. El concurso invita a "iluminar" con este oscurecimiento del planeta la biodiversidad y la riqueza natural de cada área latinoamericana.



Sesenta minutos, 178 países, 7.000 ciudades, 2200 millones de interacciones en las redes sociales, un planeta por salvar. La Hora del Planeta consiste en apagarse y reflexionar qué mundo queda por consumir. Lo reza el emblema de la campaña de 2016: "Ahora es el momento. Cambia por el clima".