Wakeboard, el deporte de moda que mezcla adrenalina y velocidad

Es uno de los deportes extremos que más se practican en el país, con alrededor de 10 mil adeptos. Infobae se subió a la tabla para conocer la técnica

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Este deporte comenzó a practicarse en el país durante los primeros años de la década del 90. Según estimaciones, solo Capital Federal y provincia de Buenos Aires hay alrededor de 10 mil adeptos.

"Surgió a fines de los 80 en California, por falta de olas. En ese momento los surfistas, Tony Finn y and Jimmy Redmond, decidieron incluir una variante. Esta vez comenzaron a incluir otros elemento, iban agarrados a la soga de un bote/gomón. Así es como empezó todo", explicó Federico Bruland, wakeboarder profesional.

En 1992, la World Sports & Marketing comenzó a organizar eventos profesionales. Eso le permitió a los wakeboarders empezar a competir profesionalmente y conseguir que este deporte se popularizase aún más.

"La edad para arrancar es alrededor de los seis años. En ese momento los niños empiezan a tener un poco más de fuerza. Nosotros, por ejemplo, tenemos una alumna de cinco años y mi padre, que tiene 77, empezó a hacer wakeboard hace dos semanas", contó Bruland.

El rider debe deslizarse sobre el agua, encima de una tabla, mientras es arrastrado con una cuerda –palonier-, por una lancha o moto acuática. Este deporte fue creado por medio de una combinación de snowboard, esquí, skate y esquí acuático.

Existen dos formas de practicar este deporte. El modo tradicional, en el río, o mediante un sistema de cables, conocido como "cableski".

"Hoy estamos con este sistema eléctrico trifásico que es mucho más fácil y masifica el deporte porque es más económico", dijo el especialista.

En una primera clase se da una instrucción básica en tierra. Se utilizan las protecciones correspondientes y obligatorias: chaleco y casco. La charla dura unos 10 minutos.

Luego, en una plataforma fija se pule aún más la técnica. De esta manera se analiza cómo el alumno se siente con la tabla afuera del agua, cómo agarra la soga y el manillar.

Luego, llega el momento de ir al agua. Allí, se le realiza un seguimiento de su evolución y se les va enseñando nuevas posiciones y giros, dependiendo de la evolución de cada de persona.