Blue Origin repitió el logro: hizo aterrizar un cohete reutilizable

Por segunda vez, la empresa espacial creada por el fundador de Amazon, Jeff Bezos, logró que su nave volviera a aterrizar tras alcanzar una altitud de 101 kilómetros. La competencia con SpaceX, al rojo vivo

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Por segunda vez, la empresa espacial creada por el fundador de Amazon, Jeff Bezos, logró que su nave volviera a aterrizar tras alcanzar una altitud de 101 kilómetros. La competencia con SpaceX, al rojo vivo

La empresa Blue Origin declaró que el mismo cohete New Shepard que había sido lanzado y luego aterrizó en noviembre había repetido la misión, logrando una altitud de 101 kilómetros antes de retornar "cuidadosamente" a la Tierra.

Un video que la empresa publicó del lanzamiento y el aterrizaje en el sitio en Texas, mostraba cómo el cohete desaceleraba hasta 5 kilómetros por hora durante su descenso con la ayuda de paracaídas.

Los logros de Blue Origin así como los esfuerzos paralelos de la empresa rival SpaceX presentan una posibilidad de bajar costos de vuelos espaciales transformando a los cohetes en naves tan reutilizables como aviones.

En noviembre, Bezos expresó que el logro era "revolucionario".

SpaceX fue creada por Elon Musk, fundador además de Tesla, una empresa de autos eléctricos de lujo. La comunidad tecnológica tiene por el emprendedor el mismo respeto que por Bezos en los inicios de su carrera.

Bezos, quien fundó la empresa Amazon y también es dueño del diario The Washington Post, apuntó que Blue Origin logró resolver el problema de equilibrio del cohete para mantenerlo en posición vertical mientras aterriza.

"Soy un gran fanático de los aterrizajes verticales de cohetes", se felicitó en la declaración.

"¿Por qué? Porque para lograr nuestra visión de que millones de personas puedan vivir y trabajar en el espacio vamos a tener que construir cohetes muy grandes. Y la arquitectura del aterrizaje vertical se ajusta excepcionalmente bien", agregó.

En diciembre, el competidor SpaceX logró por primera vez aterrizar un cohete de manera controlada, su Falcon 9, usando un método parecido. En otro intento, tras poner un satélite en órbita, no consiguió que la nave descendiera con éxito sobre una plataforma en el mar: una de las patas del cohete cedió, haciendo que explotara.