Leche contaminada podría estar vinculada a la enfermedad de Parkinson

Un estudio japonés comprobó la conexión entre un pesticida hallado en la leche y la aparición del mal degenerativo. Detalles de la investigación. El debate

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Un pesticida presente en la leche podría ser un factor para desarrollar Parkinson Shutterstock 162
Un pesticida presente en la leche podría ser un factor para desarrollar Parkinson Shutterstock 162

La leche es uno de los alimentos y nutrientes más populares en la historia de la humanidad. Sin embargo, diversos descubrimientos científicos continúan poniendo sus beneficios en jaque.

De acuerdo a la última edición de la revista Neurology, el doctor Robert Abbott y sus colegas de la Universidad Shiga de la Ciencia Médica en Japón encontraron una nueva conexión entre el consumo de leche y el mal de Parkinson, el segundo trastorno neurodegenerativo más común en el mundo.

En 2008, un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology encontró una relación significativa entre el consumo de lácteos y la enfermedad, sobre todo entre los hombres. Ahora una nueva investigación retoma el hallazgo: el problema no estaría en la propia leche, sino en un pesticida, el epóxido de heptacloro, que se encontraba en niveles elevados en los productos lácteos hasta que fue prohibido a mediados de los 80.

En ese entonces, este plaguicida era utilizado por los agricultores de ananá y se abrió camino en la producción de leche cuando las vacas fueron alimentadas con una papilla hecha en parte con esos restos de ananá.

Coincidentemente, hubo también un estudio de las enfermedades del corazón entre más de 8 mil hombres estadounidenses de origen japonés que fueron monitoreados desde mediados de la vida a la muerte. Todos proporcionaron información detallada sobre lo que comían, incluyendo la cantidad de leche que bebían, y algunos hasta aceptaron donar sus cerebros para la investigación sobre la muerte.

Abbott y su equipo estudiaron 449 cerebros y registraron la densidad de neuronas en áreas específicas que se sabe están afectadas por el Parkinson.

Aquellos que bebieron más de dos tazas de leche al día reflejaron una serie de canales de nervios más delgados

Los cambios en esa área del cerebro pueden comenzar décadas antes de que las personas tengan algún síntoma de la enfermedad, dijeron los autores del estudio.

El hecho de que estos canales sean más susceptibles de romperse y estén más débiles significa que la función cerebral se verá afectada progresivamente.

El pesticida responsable

El epóxido de heptacloro es un químico que se acumula y que probablemente sea el elemento responsable de la muerte de las células neurológicas y del daño cerebral. Este compuesto también es conocido por ser uno de los pesticidas más controversiales en la cultivación de productos estadounidenses y de los que más perduran en las plantas y la tierra.

 Shutterstock 162
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Abbott por su parte dijo que ni él ni su equipo tenían muestras de la leche que los hombres consumieron, por lo que no pudieron decir con seguridad si estaba contaminada con estos pesticidas, pero es una explicación "razonable". "No tenemos todos los datos todavía, pero estamos cerca", aseguró.

El epóxido de hetacloro fue uno de los plaguicidas incluidos en el Convenio de Róterdam, un tratado internacional que reguló el uso de sustancias tóxicas como el DDT o el mercurio. Se trata de una sustancia bioacumulable que tarda mucho en desaparecer del medio ambiente, por lo que todavía está presente en el suelo y el agua de las zonas en las que se utilizó.

Al día de hoy, explicó Abbott, es posible encontrar trazas del pesticida en la leche de sitios tan dispares como Etiopía o Italia.

Sin embargo, esto no significa que cualquier persona que beba varias tazas de leche al día está en riesgo de desarrollar Parkinson. Lo que sí significa es que los factores de la dieta y el estilo de vida son claves. "Esto se suma a la literatura de que la dieta juega un papel en la enfermedad de Parkinson", dijo Abbott. "También nos dice que hay más en la comida que sólo su valor nutricional. Hay contaminación".

El foco de la investigación tiende a una mirada más aguda sobre cómo los productos químicos en el medio ambiente podrían estar afectando la salud, incluso en formas indirectas.