El papa Francisco cerró su gira por África: "Cuánto actúa el demonio en momentos de odio y de guerra"

El Pontífice celebró una multitudinaria misa en el complejo deportivo Barthélémy Boganda, en la capital de la República Centroafricana. Llegará al Vaticano por la tarde

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 Reuters 163
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El papa Francisco cerró su gira por el continente africano con una masiva misa en Bangui, la capital de la República Centroafricana, en la que pidió detener el odio étnico y religioso, la guerra y la violencia en general. Durante la ceremonia y ante unas 30.000 personas, pidió a los centroafricanos que se perdonaran mutuamente y trabajaran juntos por la paz.


"Todo bautizado ha de romper continuamente con lo que aún tiene del hombre viejo, del hombre pecador, siempre inclinado a ceder a la tentación del demonio (y cuánto actúa en nuestro mundo y en estos momentos de conflicto, de odio y de guerra), que lo lleva al egoísmo, a encerrarse en sí mismo y a la desconfianza, a la violencia y al instinto de destrucción, a la venganza, al abandono y a la explotación de los más débiles", manifestó en el Estadio Deportivo Barthélémy Boganda ante miles de personas antes de partir por la mañana hacia Roma, a donde llegará por la tarde.


El último servicio religioso que ofició el Papa antes de partir de vuelta al Vaticano estuvo salpicado, como en sus anteriores etapas, de bailes y cánticos envueltos en los colores de la bandera nacional, que añade el verde y azul a la simbología vaticana. Durante el oficio, el Papa reiteró el mensaje central de su visita: "Dialogar con el que es diferente".

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Es necesario, predicó, "perdonar al que nos ha hecho daño, comprometernos a construir una sociedad más justa y fraterna en la que ninguno se sienta abandonado".



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"La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amo", agregó el Pontífice, en una de sus últimas intervenciones en África, antes de volver al Vaticano.


El avión de Francisco llegará a Roma sobre las 18:45 (17:45 GMT) después de haber recorrido tres países en seis días en medio de alarmas por las amenazas a su seguridad, algo a lo que él respondió con humor: "Sólo le tengo miedo a los mosquitos".

"Todos tenemos que pedir perdón al Señor por nuestras excesivas resistencias y demoras en dar testimonio del Evangelio", señaló.

"¿Habéis visto, musulmanes? El Papa ha llegado a casa", cantaba a la llegada del Pontífice un grupo de mujeres, resguardadas del sol por paraguas y vestidas con ropas de colores personalizadas con el rostro de Francisco que se convirtieron en el uniforme oficial del evento.


"La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad", dijo el Papa en la misa

Más temprano, el Papa hizo una visita de gran valor simbólico a la mezquita de un barrio musulmán en Bangui, escenario de atrocidades en 2013 en un conflicto con tintes confesionales.

"Cristianos y musulmanes son hermanos y hermanas", dijo Francisco en la capital centroafricana, y recordó que "quienes claman que creen en Dios también deben ser hombres y mujeres de paz".

El Pontífice se reunió con los líderes musulmanes del barrio PK 5, en una zona que ha sido escenario de violencia sectaria. La visita tuvo lugar bajo fuertes medidas de seguridad, garantizada por la fuerza de la ONU en el país (Minusca).

Francisco llamó a la unidad y a no ceder ante "la tentación del miedo al otro, a lo desconocido, a lo que no es parte de nuestro grupo étnico, nuestras opiniones políticas o nuestra confesión religiosa".

El Papa tuvo la agenda cargada en Kenia, Uganda y Centroáfrica, países en los que fue aclamado por miles de personas.