Qué hacer en Puerto Madryn sin las ballenas

Oferta cultural en museos, gastronomía con acento galés, deportes de aventura y fauna marina: los principales atractivos para descubrir en esta ciudad y sus alrededores

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Puerto Madryn es el destino por excelencia de la Patagonia en su costa este. De julio a diciembre, miles de ballenas siguiendo su ruta migratoria. Este espectáculo es lo que atrae la mayor cantidad de turistas, pero cuando estos animales ya se han ido todavía queda mucho por hacer en esta ciudad que siempre tiene temporada alta.

No todo se reduce a las ballenas en este destino, ya que la fauna allí incluye la colonia de pingüinos de Magallanes más grande, aves de cientos de especies que habitan o pasan por allí en su migración y por supuesto lobos marinos que abundan en sus costas. Todos ellos pueden visitarse en sus zonas protegidas y aunque no se crea estar muy cerca, incluso interactuar con ellos.

Luego la ciudad ofrece buenos museos para visitar y descubrir todo acerca de la vida oceánica o interesarse por la historia de este paraje que fue el refugio de Galeses y gracias a ellos se desarrolló. Puerto Pirámides es una excursión que nunca falla y también es visita obligada Trelew con su museo Paleontológico y las colonias galesas que ofrecen sus mejores delicias al visitante.

 Peter Morgan 162
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En esta nota resumimos los puntos clave para descubrir todo lo que rodea a este destino tan especial, que puede disfrutarse de igual manera en invierno o verano.

Para llegar lo más usual es en avión hasta la ciudad de Rawson, capital de la provincia de Chubut, donde está el aeropuerto internacional. De ahí a la ciudad hay unos 60 kilómetros por tierra, la Ruta Nacional nº 3 la conecta y pasa muy cerca de la costa con lo que en ciertos tramos es posible ver el mar tan azul que impacta e invita a apreciarlo de cerca desde sus diferentes playas.

Madryn cuenta con una gran cantidad de áreas naturales protegidas que son visita obligada como El Doradillo o Península Valdez, los mejores lugares de avistamiento de ballenas. Pero aún cuando ellas no están son auténticos paraísos de biodiversidad que no hay que dejar pasar. Otros más activos durante todo el año son:

Punta Tombo: esta es la mayor reserva continental de pingüinos Magallanes, con por lo menos medio millón de estos pequeños y simpáticos animales desperdigados por todos lados. En la entrada del lugar, el camino propone un paseo para descubrir esta especie en detalle. Los 3 km de caminata comienzan en el moderno Centro de Interpretación para comprender cómo es el ciclo de vida de los pingüinos y las otras especies habitan en el lugar. Hay pasarelas especiales para circular y no molestar a los animales que son muy sociables y no se asustan ante nuestra presencia.

Punta Loma: otro punto importante que fue una de las primeras áreas conservadas. Es un gran acantilado desde donde avistar el apostadero de lobos marinos de un pelo en su gran comunidad y aves muy diversas. Este punto está justo en el Golfo Nuevo y tiene unas barandas especiales entre los miradores para conocer las especies en su hábitat natural.

Cerro Avanzado: siguiendo un poco más delante de Punta Loma se encuentra este lugar tan particular donde la formación sedimentaria del cerro tiene millones de años de antigüedad. Aún conserva entre sus paredes, restos fósiles de vertebrados marinos.

David Stanley
David Stanley

Punta Delgada: otro punto de avistamiento especialmente de lobos marinos, que se sitúan todos echados sobre la playa y esta vez es posible tenerlos en la misma perspectiva. Particularmente su sonido fuerte en época de apareamiento, es lo que más impresiona entre tanta tranquilidad. El mar es otro espectáculo digno de contemplar, con sus tonos de azul y el verde que se forma en zonas bajas de arena. Allí el trekking y la cabalgata son las mejores opciones para recorrer la zona. Y si queda tiempo lo mejor es hacer una parada en el restaurante del Hotel de Campo, ahí en el faro, sin duda las mejores panorámicas que se puedan encontrar.

Para hacer deportes de aventura, este sitio lo tiene todo. Su paisaje rústico permite desde 4x4 en lo cerros y médanos, kayak, trekking, windsurf o kite surf, estas últimas actividades muy comunes debido al viento reinante en la zona. Luego lo más atractivo es el buceo ya que este el único lugar del país donde poder practicarlo. Los sitios más comunes que se recorren son los arrecifes naturales Punta Cuevas, las Piedras Altas y Bajas o el arrecife artificial Parque Nuevo, siempre acompañados con guía especializado y un traje de neoprene muy grueso para soportar el frío del mar.

El Buceo con lobos marinos es otra actividad que se impuso mucho estos años. Desde la playa en Madryn salen las lanchas que llevan hasta Punta Loma, muy cerca de la costa, donde se encuentran estas especies nadando. Es posible entonces con un snorkel estar junto a ellos ya que no se sumergen demasiado y son tan curiosos que se acercan sin problemas. Los guías enseñan una forma especial de nadar para no ahuyentarlos y siempre toman fotos para darnos de recuerdo. Sin duda un experiencia única que solo aquí puede hacerse.

En la ciudad, las actividades cambian radicalmente. Por un lado las culturales con visitas a los museos como el Ecocentro, dedicado a la vida marina, un espacio de reflexión inspirado en el mar que nos enseña a través de diferentes expresiones artísticas la riqueza de su vida. Una de sus mejores salas es la que invita a disfrutar los audios del sonido de las ballenas. Además hay biblioteca y una torre que puede subirse para obtener buenas panorámicas del golfo.

Luego el Museo Oceanográfico que se encuentra en un antiguo edificio de la ciudad, Chalet Pujol, construido en el año 1917 por quien fuera intendente de Puerto Madryn en la época. En sus salas se muestran las comunidades locales, sus prácticas ancestrales y su forma de vida, así como como también hay otras salas dedicadas a los peces, mamíferos marinos, aves y cetáceos, algunos de ellos embalsamados.

La historia más antigua de esta ciudad puede recorrerse en su museo abierto Punta Cuevas en el extremo sur. Un sitio donde pueden visitarse las primeras cuevas que dieron refugio a los galeses entre las piedras frente a la costa. Por su parte en Trelew el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), uno de los más importantes de Sudamérica, invita a conocer los dinosaurios que habitaron nuestro suelo hace más de 65 millones de años y en especial los hallados en la región Patagónica.

 David Stanley 162
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Puerto Madryn también tiene una serie de recorridos en el agua. Veleros, catamaranes y lanchas son la opción para disfrutar del avistaje de aves costeras, delfines, y lobos marinos, sin alterar su vida y hábitat. El Regina Australe por ejemplo, es un catamarán anclado sobre las costas que ofrece un tour para ver aves y fauna marina como delfines o la famosa tonina overa. Tiene restaurante a bordo y funciona durante todo el año, partiendo desde el puerto.

Los recorridos no acaban allí, ya que hay lugar para escapadas gourmet a la famosa colonia galesa Gaiman, a 80 kilómetros, que todavía conserva sus construcciones antiguas en casas o capillas y las mejores casas de té. La gastronomía de la ciudad también es muy reconocida, tan es así que esta ciudad tiene su propio festival gastronómico en el mes de julio, en el que se destaca su buena producción de camarones, almejas blancas de Puerto Lobos, langostinos y por supuesto el infaltable cordero, todo siempre adobado en sal marina producida localmente.

Para quienes visiten esta ciudad en los meses más calurosos, la playa es el lugar más concurrido, debido a las buenas temperaturas y el agua transparente. Sobre la costa hay buenos restaurantes que además permiten hacer día de playa y actividades acuáticas todo con el mejor paisaje patagónico de fondo.