La influencia de Lionel Messi saliendo como suplente

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 EFE 162
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Lionel Messi será suplente esta tarde en el estadio Santiago Bernabéu donde Real Madrid recibirá al Barcelona por la 12° fecha de la Liga de España que tiene a los culés como líderes con 27 puntos, a tres de los Merengues, escoltas con 24.


Que La Pulga no sea titular es, en cierta forma, una tranquilidad para el Madrid por la influencia del juego del mejor del mundo en el Barça, pero los de Rafa Benítez no deben confiarse ya que el promedio de gol del argentino saliendo desde el banco, como podría ocurrir hoy, impresiona tanto como los 21 goles que les ha marcado a lo largo de su carrera y que lo han llevado a convertirse en el máximo anotador en la historia de los clásicos.


De los 492 partidos que Lio lleva disputados en el Barcelona, en 64 lo hizo tras empezar como suplente y bajo esa característica ha marcado 31 goles, lo que indica un promedio anotador de 0,48 por partido, según recoge la estadística del periodista Gabriel Sans en el diario Mundo Deportivo.


En este marco, uno de los encuentros más recordados de Messi saliendo desde el banco se jugó el 10 de abril de 2013. El argentino volvía tras sufrir una elongación en el bíceps femoral de la pierna derecha una semana antes con lo que Tti Vilanova, el entonces técnico del Barça, decidió dejarlo en el banco pero los galos se pusieron en ventaja con gol de Javier Pastore y así avanzaban a las semis. A los culés les bastaba con el empate para pasar y para eso entró La Pulga: lo hizo por Adriano en el minuto 62 y armó la jugada del definitivo 1-1, consumado por Pedro, quien luego reconoció el peso del argentino.


"Es un jugador importantísimo para el equipo. Darle las gracias por el trabajo que ha hecho, por el esfuerzo de querer llegar y ayudar al equipo, es el número uno y se ha notado desde que ha entrado porque ahí el equipo dio un vuelco", reconoció el español.


Su historia de goleador, en tanto, se inició curiosamente con un tanto convertido tras empezar en el banco. Fue el 1° de mayo de 2005 cuando Frank Rijkaard lo mandó al terreno de juego en el minuto 86 en reemplazo de Samuel Eto'o. Entonces Messi tenía 17 años y le bastaron tres minutos para dar que hablar porque a los 89 marcó un gol que no valió por fuera de juego. ¿Se conformó? No. Lio fue por la revancha y a los 91 le marcó al Albacete el definitivo 2-0 con el que ganó el Barça con una clase magistral de definición.