Hugo Moyano hace punta en los juegos de seducción entre gremios y Mauricio Macri

Mientras el titular de la CGT y sus aliados negocian con el macrismo, los gremios que desde la mesa sindical Scioli Presidente apoyan la candidatura del bonaerense quedaron desolados frente al dictamen electoral

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 DyN 162
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Hasta acá los contactos han sido discretos, de máximo bajo perfil y hechos en la mayor reserva. Como sea, una primera ola de acercamientos sindicales a playas de Mauricio Macri se precipitó esta semana tras el impensable resultado electoral del domingo. A la vanguardia de los juegos de seducción está el camionero Hugo Moyano, que jamás necesitó explicitar su apoyo al jefe de Gobierno porteño para que igual todo el mundo sepa que es el máximo estandarte gremial del macrismo.

Dos versiones presentadas como hechos consumados dieron a Infobae voceros del candidato presidencial de Cambiemos. Una, Macri y Moyano se habrían reunido el martes para analizar qué papel va a representar esta particular sociedad, de cara al ballotage del 22 de noviembre. Dicen que, además de celebrar, convinieron que el jefe de la CGT opositora volverá a coincidir para la foto con el ex presidente de Boca, como ya ocurriera durante la campaña de la que fue la primera vuelta. Apenas un punto de una supuesta serie de coincidencias.

También dan por confirmado el apoyo a la candidatura de Macri de Luis Barrionuevo, jefe de la CGT Azul y Blanca, también opositora como la central de Moyano. Devenido en operador del massismo, el dirigente gastronómico juega hoy el papel de vaso comunicante con el macrismo. De hecho, en una de sus incursiones con la gente de Macri, habría sugerido que la Presidencia de la Cámara de Diputados para su esposa Graciela Camaño, sería una buena moneda de cambio en el contexto de un acuerdo global entre macristas y massistas para oponerse a Daniel Scioli.

"Estamos preparados para darles garantías a todos los gremios que jugaron con Massa cuando vengan a presentarnos condiciones", dicen en el búnker electoral del macrismo respecto de los temas que la gente del Frente Renovador levantó en la campaña como banderas irrenunciables: 82 por ciento móvil para los jubilados, paritarias libres sin topes, el fin del impuesto a las Ganancias, defensa del sistema de obras sociales sindicales, etcétera.

Recién ayer entregó públicamente Moyano sus primeras impresiones sobre el reciente batacazo electoral. Eligió el discurso de la moderación al intervenir en un programa de TV donde estaba su hijo Facundo, flamante diputado nacional electo del massismo.

"En el gremio ya hemos conversado y analizado que cualquiera sea el próximo Presidente lo vamos a tratar de ayudar para que le vaya mejor a los argentinos, en especial a los trabajadores y a la gente más humilde", dijo equidistante el líder camionero, del que no se sabe si finalmente votó o no a su hijo; otros de los que ahora se inclinan a pensar que la gente votó por un cambio: la mirada elegante que patentó Massa para decir, sin hacerlo, que va a apoyar a Macri.

El macrismo confía también en recolectar más apoyos sindicales entre aquellas organizaciones de la central moyanista que jugaron a la prescindencia, incluidos algunos gremios de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, que podrían verse tentados de seguir los pasos de Moyano.

"Es natural que salgan a captar gente", señaló a este medio una de las primeras espadas del moyanismo, recordando la confesión que Macri hizo ante 40 sindicalistas de la oposición en la Usina del Arte, en el barrio de la Boca, en enero del año pasado. Entonces el líder del Pro reconoció: "Propongo el diálogo porque no voy a poder gobernar sin el apoyo del movimiento obrero". Los caciques sindicales tomaron prolija nota.

Ni en sus peores noches el sindicalismo peronista que promueve la candidatura de Scioli soñó que alguna vez tendría que pedir turno para hablar con María Eugenia Vidal, que de la noche a la mañana pasó de ser la candidata naif a gobernadora de la provincia de Buenos Aires. En cualquier caso, hay una reunión agendada sin fecha cierta entre los llamados independientes, el estatal Andrés Rodríguez (Upcn) y el constructor Gerardo Martínez (Uocra), con la mujer que desbancó a Aníbal Fernández en el distrito bonaerense.

Menemistas en los 90 y luego kirchneristas de número durante los años K, Rodríguez y Martínez acostumbran a moverse con amplia plasticidad, sin que las etiquetaciones limiten sus movimientos políticos. De hecho, el año pasado compartieron un asado con Macri, bien lejos de las cámaras, en el barrio de Palermo.

Mientras Moyano y compañía negocian con el macrismo, los gremios que desde la mesa sindical Scioli Presidente apoyan la candidatura del bonaerense quedaron desolados frente al dictamen electoral. Con Antonio Caló sentado a la cabecera, la CGT oficialista deliberó el miércoles en Upcn acerca de cómo revertir una tendencia que juzgan en la intimidad como muy favorable a Macri.

En un clima de velorio, se habló por enésima vez en esta campaña de concentrar los mayores esfuerzos en aquellas organizaciones con mayor presencia de trabajadores de sectores medios. Pero ésta y otras cuestiones (como la de pedir al Gobierno que adelante la actualización de Ganancias prometida por Scioli) apenas si se profundizaron. Había demasiadas ausencias y un profundo bajón para llevar el asunto a largas.

En síntesis, coincidieron con aquella receta, hoy en boga, que demandaría que Scioli se plante frente a la Presidenta con autonomía, buscando diferenciarse "Scioli va a ganar, pero sabe qué cosas tiene que cambiar", planteó Caló, quien como titular de la central kirchnerista jamás osó contrariar una orden de la Presidenta. Nadie supo responder quién llevaría la sugerencia a Scioli, ni qué podrían hacer los gremios para torcer la historia a favor del candidato naranja.

La volatilidad de los escenarios prefijados ha determinado que Caló y otros que hasta acá habían sido puro escepticismo sobre la unidad gremial, como el taxista Omar Viviani, hayan salido a reconsiderar su postura. Ambos plantean ahora la necesidad de apurar la iniciativa de una sola CGT para "resguardar a los trabajadores" si acaso se impone Macri y con él una severa política de ajuste.