Unas cuatrocientas personas, entre ellos muchos niños que aprovecharon las vacaciones de otoño en Dinamarca, presenciaron una práctica común en los zoológicos daneses y que la dirección del centro, ubicado en Odense (centro), decidió mantener apelando a fines didácticos.
"Lo hacemos porque forma parte de un gran paquete de difusión de conocimientos. Ver a un animal muerto es algo grande para todos", declaró Nina Collatz Christensen, zoóloga de este centro, a la televisión pública danesa.