Faltan hasta las paredes en la Casa de la Cultura prometida por el Gobierno para la Villa 31

La obra, anunciada en abril de 2014 por el ministerio conducido por Teresa Parodi, está en un estado de abandono total. El presupuesto asignado habría sido de $40 millones. Lo poco que se hizo, desapareció

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La contradicción se vuelve un poco obvia con el tiempo. El comunicado de 2014 que anunció el anteproyecto habló de "continuar con la promoción de la cultura en las villas de emergencia" y la "vía para la integración". Hubo algunos avances: estudios de suelo y mensura, algunas paredes levantadas, una maqueta arquitectónica, algunos contratados. "Casa de la Cultura, Ministerio de Cultura de la Nación", decía hace algunos meses un banner sostenido por tirantes frente a unas paredes con revoque incompleto, algunos pilares y vigas. La Casa de la Cultura, en el corazón del Playón Este, parte de lo que se conoce hoy como la Villa 31 bis, iba a ser una obra importante, un aporte significativo a la vida diaria del mayor barrio carenciado en territorio porteño y a sus más de 40 mil habitantes.

Pero hasta hoy, a más de un año de su anuncio durante la gestión de Jorge Coscia, nada de lo prometido se construyó. Y de lo poco que se levantó, desaparecieron hasta las paredes mismas. Alguien instaló de forma precaria un tanque de agua y varios cables, entre otras cosas. La obra, afirman voces cercanas al proyecto, quedó paralizada. Todos coinciden en el factor que marcó el freno de la obra: la llegada de Teresa Parodi y la creación del Ministerio, con el desembarco de Franco Vitali, en el cargo de secretario de Políticas Socioculturales, y La Cámpora en su estructura.

Víctor Ramos sería el coordinador de actividades de la Casa de la Cultura en la 31. Luego se alejó del Ministerio en una fuerte interna política con Parodi por -algo al menos paradójico, en retrospectiva- sus lealtades a Daniel Scioli. Hoy, Ramos asegura a Infobae: "Las únicas cosas que se hicieron fueron la mensura, el estudio del suelo y algunos arreglos básicos a las casas. La obra quedó abandonada". La cantidad de dinero destinada para la Casa y su destino es lo más inquietante. Ramos afirma: "Se autorizaron 40 millones de pesos en la Jefatura de Gabinete. La plata no se usó, o se usó para otra cosa. Pero en el proyecto, no".

El 7 de abril del año pasado, el Ministerio, en ese entonces una Secretaría bajo el liderazgo de Jorge Coscia envió un comunicado en donde anunciaba la dimensión del proyecto, que sería realizado bajo un convenio firmado entre Nación, la Facultad de Arquitectura de la UBA y la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Era un plan ambicioso para insertar en el corazón de la 31: la Casa incluiría, en 1800 metros cuadrados de obra, un auditorio con capacidad para 150 butacas, espacio teatral al aire libre, salas para aulas y talleres, incluso una huerta en su terraza. Un mes antes, en el marco de la presentación de la Casa de la Cultura en la Villa 21, se anunció el anteproyecto de forma algo triunfal, con maqueta incluida y con la presencia de Coscia. El comunicado al respecto anunció al arquitecto responsable, Daniel Becker, del estudio Becker-Ferrari. El nombre de Becker no es nuevo para las obras del Gobierno: integró, por ejemplo, el equipo del proyecto ganador para la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner. También estuvo presente Ramos en el acto.

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Coscia mismo, que habló de la Casa en la 31 como un "segundo gran sueño" dijo: "Estamos entusiasmados con esta gran obra que no es ni más ni menos que lograr conquistar los derechos que, en definitiva, justifican la gestión del Estado en materia cultural".

Israel Ledezma, vecino y referente de la Villa, también estuvo presente esa vez. Es el hijo de Adams Ledezma, periodista y director de Mundo Villa TV, asesinado cinco años atrás en la 31. Tras supuestos agradecimientos a la Presidenta, el hijo del periodista asesinado habría dicho en el acto: "Nadie se imaginaba que se iba a hacer algo en materia cultural cuando los problemas usualmente son de luz, agua y cloacas. La gente se va a sorprender, le va a gustar". Ledezma dice a este medio: "Del Ministerio no dicen nada. Nos echaron a todos. Cuando cambió la gestión con Teresa Parodi, dijeron que era mucho, que no se podía hacer la obra. Mi familia iba a trabajar. Seguimos viviendo ahí". Víctor Ramos agrega: "Voy regularmente a la Casa, es el lugar mismo donde vive la familia de Ledezma, están su viuda y sus hijos. Actualmente estoy tratando de ayudarlos, quedaron desprotegidos, incluso despedidos por Teresa Parodi. La mujer de Ledesma iba a dar talleres para la Secretaría, tenía un sueldo de cuatro mil pesos. Vino Franco Vitali, un virtual viceministro y la despidió".

Gonzalo Mórtola, coordinador general del programa de Mejoras del GCBA en la Villa, fue quien tomó las fotos que ilustran esta nota. El rol del Estado nacional es uno difuso en la 31: hay presencia de Gendarmería y Policía Federal, una oficina de la ANSES, entre otras dependencias. "Pero de infraestructura, cero", asegura Mórtola. En los cuatro años de gestión de su área, el funcionario hizo avances significativos que van al corazón de los dichos de Israel Ledesma: "Hicimos más de once kilómetros de cloacas, pavimento y agua potable. También talleres de concientización para que la gente cuide las obras que se hacen", afirma. No solo eso: Mórtola, en constante contacto con los vecinos y los delegados de las diferentes manzanas, realizó varias denuncias y aportes a causas en los tribunales de Comodoro Py contra las mafias que usurpan terrenos fiscales para luego revenderlas a los vecinos". Con el tiempo, y por su presencia constante en el barrio, Mórtola se convirtió en un referente.

Mórtola halló en la Casa un impedimento: "Los delegados de la zona pedían que se hagan las cloacas en esa manzana. Pero yo no podía hacerlas; el lugar ya estaba afectado a las obras de Nación. Creo que hay prioridades. Que haya cultura, sí, pero que los vecinos tengan primero sus cloacas. Ahora no se pueden construir hasta el año próximo".

Parodi tuvo a fines del año pasado la protesta de los vecinos en su puerta: 200 trabajadores de la Villa 21 se arrodillaron en el hall de la sede del Ministerio con velas y una imagen de la Virgen de Caacupé. Pidieron el pago de sueldos atrasados y que se continúen las obras de la Casa en la 31, según relató Clarín. La situación se calmó con una promesa de revisar el proyecto en el Playón Este. Poco antes en su blog, Ramos marcó en una "carta abierta a La Cámpora" que las obras paralizadas en la Villa constituían un "gran escándalo y merece un castigo; se trata de una malversación de fondos públicos por parte de Franco Vitali".

En los últimos tiempos, el Playón Este cobró una significancia particular. Infobae publicó hace un mes atrás el caso de Juan Inga Arredondo, alias "Piedrita" un joven peruano acusado de dos violentos homicidios y sospechado de dos más en una causa investigada por la fiscal Estela Andrades, todos bajo el signo de la violencia narco: su jefe sería César "El Loco" Morán, un notorio y sádico traficante basado en la 31, peruano también, hoy preso en Devoto, penal en donde está Arredondo. Los conflictos armados entre paraguayos y peruanos, con bandas como "Los Sampedrinos", son moneda corriente. Una reciente investigación preliminar del fiscal Federico Delgado que recayó en el despacho del juez Sebastián Ramos, reveló desalojos forzosos a vecinos a manos de narcos, con venta de estupefacientes a chicos antes de entrar a una escuela cercana. Los kioscos de paco son otra figura frecuente en el Playón. Ramos indica: "Elegimos hacerlo ahí porque es una de las zonas más complicadas, no solo por el homicidio de Adams Ledezma. Hay una gran ausencia del Estado".

El 21 de agosto último, desde el GCBA, Mórtola buscó saber cuál era el destino de esa obra o los fondos destinados: invocó el derecho constitucional de acceso a la información pública y remitió una nota a Parodi misma. No conocía, por ejemplo, el monto que menciona Víctor Ramos. Pidió saber, por ejemplo, la fecha de fin de programación de la obra de acuerdo a la licitación o contratación correspondiente, el valor total del presupuesto, el estado actual del proyecto y los motivos de baja o suspensión de la obra, si es que los hubiese.

Mórtola, por su parte, espera sentado: "No me respondieron todavía, ni creo que me respondan. La gente en la Villa ya perdió la fe", asegura. Esta semana, Infobae contactó en dos ocasiones a representantes de Ministerio de Cultura para ofrecer una réplica de cara a los contenidos de esta nota: no recibió respuesta alguna tampoco.