Ante el temor a las deportaciones, cientos de colombianos abandonan Venezuela

La decisión del régimen de Nicolás Maduro de cerrar la frontera y de repatriar a los supuestos indocumentados generó un éxodo de familias, humildes en su mayoría. El miércoles, se reunirán los cancilleres de ambos países en Cartagena

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 EFE 163
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Con colchones y neveras a cuestas, cientos de colombianos huían este martes de sus casas en Venezuela por temor a quedarse sin nada en caso de ser expulsados por las autoridades, tal como les sucedió a más de un millar de sus compatriotas, deportados en medio de la actual crisis fronteriza.

Cubiertos hasta la cintura por aguas del río que sirve de frontera natural entre el estado venezolano de Táchira y el departamento de Norte de Santander, en Colombia, personas humildes volvían a su país con la ayuda de policías, mientras desde Bogotá el gobierno de Juan Manuel Santos clamaba por resolver la coyuntura por vía diplomática.

"Nos tocó salir con lo puesto a las tres de la mañana. Nos vinimos antes de que nos deportaran", contó Rosana Moreno, una colombiana de 25 años habitante de la barriada Mi Pequeña Barinas, que visitó la agencia de noticias AFP y de donde este martes huían cientos de personas.

 AFP 163
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"La policía colombiana colabora; la venezolana no", aseveró esta mujer, que escapaba con sus dos hijos mientras decenas de sus vecinos se quejaban de que militares venezolanos les habían robado pertenencias y dado unas horas para irse de sus casas -marcadas con una "d" de deportados o una "r" de reubicados- antes de ser expulsados y de que sus casas fueran demolidas.

Según el coronel Jorge Barrera, comandante de la Policía de Cúcuta, capital de Norte de Santander, "han pasado por el río, sin haber sido deportadas, entre 400 y 700 personas". "El problema es bien grande y tenemos 120 hombres y 12 camiones" dispuestos para atenderlos, declaró. Mientras, algunos deportados también volvían por el río a intentar recuperar enseres.

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La crisis comenzó el viernes, cuando entró en vigor un estado de excepción de 60 días decretado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en esa zona fronteriza con Colombia, tras un ataque de desconocidos que dejó tres militares y un civil venezolanos heridos en la ciudad de San Antonio de Táchira durante una operación anticontrabando.

La medida, en el marco de la cual han sido deportados más de 1.000 colombianos supuestamente indocumentados, va acompañada del cierre de los pasos fronterizos. Maduro, que el lunes ratificó su decisión de mantener el cierre de fronteras hasta que se restablezca "un mínimo de convivencia", ha denunciado que paramilitares que buscan desestabilizar su gobierno participan en el contrabando en la zona.

Han sido deportados más de 1.000 colombianos supuestamente indocumentados

El gobierno colombiano, por su parte, llamó este martes a "buscar mecanismos conjuntos para superar la problemática que se vive en la frontera, pero sin promover el odio". "Es a través de la cooperación y no de la confrontación como lograremos, de manera conjunta, combatir con éxito fenómenos como el del contrabando, que nos afecta por igual", señaló Santos en un comunicado.

En Cúcuta se instaló un centro de atención unificado en el que, según Migración de Colombia, entre el viernes y el martes han sido atendidas 1.071 personas: 830 "adultos deportados" y 241 "menores repatriados". Unos 600 deportados se hallan en albergues, donde les dan comida, atención médica y psicosocial, mientras otros 400 se han ido con sus familias a diversas regiones.

La crisis por las deportaciones y el cierre de fronteras ha tocado también a venezolanos con familiares colombianos, a muchos ciudadanos de una nacionalidad que trabajan o estudian en el otro país y a turistas. En el puente internacional Simón Bolívar, que conecta a Cúcuta con San Antonio, colombianos se agolpaban junto a vallas colocadas por la policía.

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"¡Hola, mi amor!", dijo la colombiana Judith Gómez a su hijo de cinco años, Jorge, a quien no veía desde el miércoles. Enfermera de 28 años, Judith trabajaba en Cúcuta cuando se cerró la frontera y quedó varada allí, mientras su marido venezolano y su hijo estaban en casa en Ureña, un poblado al otro lado.

Para tratar la crisis, Santos se reunía esta tarde en Bogotá con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, conformada por ex presidentes, ex cancilleres y congresistas. El miércoles tendrá a su vez lugar en Cartagena, sobre el Caribe colombiano, una reunión entre las cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Delcy Rodríguez.