La campaña presidencial que ya empezó anoche

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Daniel Scioli le pidió anoche a sus hombres de confianza que fueran cautos y responsables frente a los resultados, aunque ellos habían ganado en todo el país. El gobernador bonaerense estaba contento, ratificado en las urnas como candidato presidencial del oficialismo y convencido de que por delante tiene el desafío de conquistar los votos de quienes no lo apoyan. Scioli se permitió igual festejar que fue el candidato más votado en todo el país. Lo vivió como un triunfo personal después de haber pasado tantos momentos complicados dentro de su partido. Había conseguido lo que quería: ser el candidato presidencial del oficialismo.


Mauricio Macri terminó la noche mejor de lo habían sido las horas previas a su salida al escenario a festejar con sus socios políticos, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. En el círculo íntimo del jefe de gobierno porteño y ahora candidato presidencial se habían vivido horas de tensión, porque los primeros números no eran lo que ellos esperaban. Durante la madrugada cuando se confirmó la tendencia de Cambiemos por 30 puntos, a menos de diez puntos de Scioli, los ánimos se relajaron un poco. Macri cree que es posible evitar que el kirchnerismo, encarnado en Scioli, gane en la primera vuelta electoral de octubre. Anoche en su discurso, el jefe de gobierno porteño ya planteó que ahora todos juntos van a poder frenar que el peronismo siga en el poder, tras de 12 años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.


Sergio Massa fue el que se mostró más contento anoche. Estaba exultante en público y en privado. Había logrado su objetivo: romper los pronósticos de que quedaría muy por debajo de sus competidores. No sólo festejaba que el escenario de la polarización era para él un escenario sólo de las encuestas, sino el apoyo público y contundente que hizo su rival en la interna, el gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota. El ex intendente de Tigre buscará ahora ampliar el apoyo que obtuvo en las urnas y, quiere mostrar que su alianza con De la Sota sigue firme. Massa sabe bien que los votos peronistas que aporta el gobernador de Córdoba son los mismos que quiere Scioli para ganar en la primera vuelta en octubre. Scioli ya tendió puentes en Córdoba.


La falta de datos oficiales y el recuento tan lento de los votos generó anoche mayor tensión. El que más sufrió fue Macri. Sólo en privado algunas fuentes admitieron que en las primeras horas de la tarde pensaban que se perdía por muchos puntos. Esa fue la razón por la que nadie hablaba y se demoraba la información que siempre se filtra en los búnkers de campaña. La performance electoral de María Eugenia Vidal, la candidata más votada en la provincia de Buenos Aires, fue una gran noticia.


Las primeras evaluaciones que se hicieron durante la madrugada en el círculo íntimo del candidato presidencial de Cambiemos fue que el dato que los alentaba en la campaña que empezó anoche es que Vidal va a tener que rivalizar con Aníbal Fernández, quien termina ganando la interna Julián Domínguez y Fernando Espinoza, quienes gozaban de supuesto apoyo de los intendentes fuertes del conurbano. Competir contra el jefe de Gabinete, que en la última semana quedó envuelto en una investigación periodística con el tráfico de efedrina, es un escenario que para Macri es beneficioso, según lo que se evaluaba anoche. Si bien los votos de Domínguez se sumarían a los de Fernández en la provincia de Buenos Aires, para Cambiemos es mejor que haber competido contra el presidente de la Cámara de Diputados.


Massa apuesta a que la candidatura de Felipe Solá empiece a crecer aún más. Obtener un caudal de votos importante en el principal distrito del país es algo que quieren los tres principales candidatos presidenciales. La provincia de Buenos Aires es siempre la llave electoral para llegar a la Casa Rosada. Fuentes allegadas al gobernador bonaerense negaron en las últimas horas que la candidatura a gobernador bonaerense de Aníbal Fernández pueda complicarlos en las urnas. "Falta tanto, no empiecen a especular con eso", dijo en privado uno de los hombres que goza de la confianza de Scioli al ser consultado sobre si les preocupaba hacer una campaña con el jefe de Gabinete.


Scioli defendió, como todo el Gobierno, a Aníbal Fernández cuando salió a la luz el informe del programa Periodismo para Todos y pese a que la interna con Julián Domínguez fue feroz en estas semanas, el gobernador bonaerense espera que se calmen los ánimos para que trabajen todos juntos para la victoria en primera vuelta en octubre.


"Le gané a Macri por 12 puntos y a Massa por 20, que no me vengan con cuentos. La única verdad es la realidad", decía anoche el candidato presidencial del oficialismo. Scioli no cree en las sumas de los frentes electorales, él prefiere mostrar que les ganó por mucho a sus principales competidores. Sobre el filo del cierre de campaña la semana pasada, uno de sus funcionarios había admitido en privado que el tema de Aníbal Fernández y luego las inundaciones en la provincia de Buenos Aires habían afectado los números de Scioli. Esa misma fuente anoche ratificaba: "Nunca pensamos que íbamos a pasar los 40 puntos, pero hicimos una gran elección. Sabíamos que íbamos a estar entre los 36 y 38 puntos y es un gran número".


El gobernador no lo va a decir pero su desafío era obtener anoche 40 puntos o una diferencia mayor a diez sobre el frente Cambiemos para polarizar aún más la elección y marcar una tendencia hacia octubre de un triunfo en primera vuelta. Ese es el mismo argumento que ilusiona a Macri con poder forzar al kirchnerismo a una segunda vuelta, y con ese escenario creen que la elección estaría perdida para Scioli.


La clave de las PASO es qué diferencias de votos existen entre los tres principales candidatos como para perfilar un escenario electoral en octubre.


Massa está convencido de que él que va a ir a la segunda vuelta y le va a ganar a Scioli. Su principal argumento es que las encuestas terminaron de fracasar ayer, que no se está frente a una polarización entre Scioli y Macri, y que su candidatura puede crecer mucho más. El único que no quiere el balotaje es Scioli, ya que ya tiene encuestas de que es un escenario complicado para el Frente para la Victoria. Sin embargo, el optimismo a ultranza del gobernador le da confianza de que el camino que empezó anoche es hacia su victoria en octubre. Scioli ahora va por los votos peronistas que no lo votaron y buscará conquistar el voto que no es peronista con una campaña dirigida a ese sector en la que hablará de cambiar lo que haga falta.


Anoche Scioli vivió por primera vez que empezaba una nueva etapa. Todo el kirchnerismo lo fue a apoyar, dirigentes que jamás imaginó. El único sabor amargo fue que lamentó no haber podido compartir anoche el triunfo con uno de sus operadores políticos favoritos, Juan Carlos "Chueco" Mazzón, histórico en el PJ, el mismo que Cristina Kirchner había echado hace meses porque trabajaba desde la Casa Rosada para la candidatura de Scioli. Pero fue todo fiesta para el sciolismo ayer en el Luna Park, elegido específicamente por su simbología: por las peleas de box que allí se vivieron. Scioli cree que la suya ayer cumplió un primer paso.


Macri ahora apuesta todo a fortalecer a Cambiemos y sumar a todos para hacer una fuerte campaña con el mensaje de buscar el cambio en octubre y frenar al kirchnerismo. Elisa Carrió ya avisó anoche que no va a ser una complicación: se va a tomar un descanso. Sanz será un aliado clave para el jefe de gobierno porteño que necesita fortalecerse en el interior del país. En la provincia de Buenos Aires el macrismo va a doblar la apuesta de campaña con el mismo formato que tuvo hasta ahora con María Eugenia Vidal.


Massa profundizará su campaña que le dio buen resultado. Hace unas semanas cuando le pedían casi que renuncie a su candidatura después de la feroz fuga de intendentes que tuvo, el diputado del Frente Renovador se plantó, hizo una autocrítica privada y modificó su campaña. Su eje fueron las propuestas y así seguirá siendo. En la intimidad de Tigre ayer algunos miraban con atención, y algo de satisfacción lo mal que les había ido a los que huyeron de Massa seducidos por el kirchnerismo. El principal, Darío Giustozzi, que perdió en su distrito a manos del kirchnerismo, para el massismo una señal de que habían tomado el camino correcto.


Los tres principales candidatos ya empezaron la campaña. Hay mucho en juego y un escenario electoral que después de las PASO no está cerrado para nadie.


Y anoche en la intimidad absoluta de la quinta de Olivos, la Presidenta empezaba ya a despedirse del poder. Scioli había sido consagrado como candidato. Ella no quiso ir al búnker del Luna Park para que el escenario fuera sólo de Scioli y Zannini, su hombre de máxima confianza y el que conoce los secretos de 12 años de poder kirchnerista.


Empieza otra historia.