Mullah Omar, el líder talibán que no quiso extraditar a Bin Laden

Fue emir de Afganistán entre 1996 y 2001, año en que se negó a entregar al cerebro de Al Qaeda tras los ataques del 11-S. Sus últimos años los vivió en el más estricto secreto. El régimen talibán y su caída

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Mohammad Omar, más conocido como el Mullah Omar, era el jefe de los talibanes de Afganistán y fue emir de ese país entre 1996 y 2001. Le fue otorgado el título religioso de "Emir de los Creyentes", que significa que era la máxima autoridad musulmana.

La vida de este líder talibán fue todo un misterio y su muerte también. Nunca se supo con certeza cuándo nació, no solía tener reuniones con personas que no fueran musulmanas, dio pocas entrevistas a lo largo de su vida y solía delegar todo el contacto con el exterior en su canciller Wakil Ahmad Mutawakkil.

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Se cree que nació en 1962 en Oruzgán, Afganistán; y este miércoles oficiales afganos afirmaron que murió hace dos o tres años.

Durante la década de 1980 luchó contra los comunistas afganos y sus aliados soviéticos en la Guerra de Afganistán (1978-1992) y luego formó su propio grupo que alcanzó el poder en 1996. Ese poder le duró sólo cinco años, hasta la llegada estadounidense en 2001 por la negación de extraditar a Osama Bin Laden.

 Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Nueva York 163
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El régimen talibán y su caída

En octubre de 1997, Omar se autoproclamó emir y llamó al país bajo el nombre Emirato Islámico de Afganistán. El régimen talibán gobernaba la mayor parte del territorio, excepto el extremo norte donde aún resistían los remanentes del régimen anterior.

Sólo Pakistán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos reconocían al régimen de Omar. Los demás países y la ONU nunca lo reconocieron.

Bajo el mandato del Mullah Omar, las autoridades talibanes hicieron cumplir una versión extrema de la sharia (ley islámica). Las únicas profesiones abiertas a las mujeres estaban en el campo de la medicina y las mujeres que trabajaban como doctoras o enfermeras podían tratar solamente a otras mujeres.

El Mullah Omar hizo cumplir una versión extrema de la sharia

Prohibieron a las mujeres trabajar en escuelas, cuestión que impidió que la mayoría de las jóvenes en Afganistán recibiera incluso una educación primaria. Además, se obligó a cumplir una interpretación rigurosa del código islámico del vestido, específicamente el velo: las mujeres no podían salir de sus casas sin él.

Respecto a los hombres, las autoridades los forzaron a dejarse crecer la barba y a evitar cortarse el pelo o llevar ropa de estilo occidental. Además, se cerraron los cines y la música fue prohibida.

Por último, el hurto fue castigado con la amputación de una mano y las violaciones o asesinatos con la ejecución pública.

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El poder del emir cayó en 2001, más específicamente tras el atentado del 11-S. Ese mismo día se difundieron informaciones sobre fisuras entre los talibanes por la influencia de Bin Laden.

El régimen talibán, a través de su embajador en Pakistán, Abdul Salam Zaif; y del vocero de Omar, Abdul Hai Mutmaen, condenó los ataques del 11 de septiembre de 2001; pero afirmó que no tenía evidencias de la relación de Osama Bin Laden con los ataques terroristas. La verdad es que el líder supremo no quiso entregarlo.

El líder supremo protegió a Bin Laden

El 7 de octubre, Estados Unidos cumplió sus advertencias y comenzó la primera fase de la llamada Operación Libertad Duradera con el bombardeo sostenido del territorio y del pueblo afganos. El 9 de octubre fue bombardeada la residencia de Omar en Kandahar y allí terminó su estadía en el poder.

Si incluso estando en el poder, su vida era un secreto; alejado del mismo, el misterio creció mucho más. El 21 de mayo de 2011 la televisión afgana informó que había sido abatido a tiros en Pakistán. Sin embargo, esa información luego fue negada por el portavoz del Movimiento Talibán. Ahora, oficiales afganos afirman que el líder supremo de los talibanes murió hace dos o tres años.