Martiniano Molina, el candidato del PRO en Quilmes: "Sé que arriesgo absolutamente todo"

El chef se sumó a la lista de famosos del macrismo luego de años de trabajo social. Las chicanas de Recalde y contaminación en alza

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¿Quién podría desconfiar de Martiniano Molina? Chef y ex integrante de la selección nacional de handball, Molina fue por más de diez años uno de los cocineros de televisión más amigables y accesibles, sin un solo escándalo a su nombre. La lista de trabajo es voluminosa: cinco libros de cocina, programas junto a Carmen Barbieri y Mariana Fabbiani, cerca de 900 capítulos grabados para el canal Elgourmet.com, un contrato con Casancrem. Todo esto, para Molina, se ve lejos. "Hice un cambio hace diez años, venía haciendo solo cosas vinculadas a lo comercial y a los medios y empecé a comprometerme. Hice hincapié en el trabajo sustentable, en el reciclado, en fomentar una alimentación saludable. Y esto siempre ocurrió en espacios muy humildes", dice el chef a Infobae.


Así, construyó una casa de madera con una huerta orgánica sobre el río Quilmes, algo que no fue un acto de hippismo tardío, sino una aplicación de su propio programa. Comenzó a colaborar con diversas fundaciones y ONGs, como Huerta El Niño, Camino Abierto, Flexer, la Red de Huerteros. Creó una escuela Waldorf en su zona a través de una asociación civil. Hasta que, admite Molina, eso no le alcanzó: "'¿Cómo te vas a meter en el barro?', me dicen. Justamente, porque entiendo que la política para muchos puede ser una mala palabra, pero es una gran herramienta. Había rechazado ofertas de la política, así como trabajos privados. Llegó en el momento en que entendí que sinceramente Quilmes estaba en un estado tan violento, mediocre e inseguro. Vi lo que pasaba con la salud pública, con el transporte. Había que involucrarse y recuperar el espacio. Sé que en mi caso arriesgo absolutamente todo pero no tengo miedo."


Hoy, Molina es el candidato del PRO-Cambiemos a intendente de Quilmes, luego de competir con el ex modelo Tomy Dunster para el puesto. Ya recorrió la zona junto a Mauricio Macri, con recorridas con timbradas, charlas. Así, se suma a la lista de candidatos celebrity del PRO como Fernando Niembro. ¿Su candidatura es un gesto cínico, un efecto de medición? El chef apunta: "Como 'famosos', o 'celebrities', o personas que tienen ascendencia en el público tenemos un papel muy importante en este momento. Escuché por mucho tiempo el "no te metas, no participes" y vimos gente que fue modificando su ideología. Hay que dar el paso y vencer el miedo, dejar tu comodidad, ir a ayudar a una sociedad de fomento, a una escuela."


María Eugenia Vidal, el intento del PRO de pisar fuerte en la Provincia, fue casualmente su primer contacto con el macrismo: "Vino a visitarnos a la Escuela del Río, la escuela Waldorf que creamos luego de que convocáramos a un montón de dirigentes para que nos conozcan. La única persona que se había acercado en su momento fue Evangelina, la mujer del "Barba" Gutiérrez, el actual intendente. Vi en María Eugenia una persona derecha, de capacidad y profesionalismo. Coincidimos mucho, trabajó con el tercer sector en sus inicios, con fundaciones. Eso no le alcanzó, me dijo. Y a mí me pasó lo mismo. Todo lo que no es bien público es egoísmo."


Así, Molina disputa un territorio político complejo: Francisco "Barba" Gutiérrez, parte del FPV, busca su tercera intendencia. Gutiérrez había apostado en un primer momento a Florencio Randazzo y hasta expresó reparos en la candidatura de Daniel Scioli. Presentó su precandidatura de la mano de Julián Domínguez a comienzos de este mes, pero su enfrentamiento con Aníbal Fernández se traduce hoy en la pelea en las urnas: Daniel Gurzi es el candidato del jefe de Gabinete. Molina dice, en líneas algo generales, sobre esta interna del kirchnerismo: "Cuando los espacios pelean entre sí, siempre pierde el vecino, la comunidad. Acá lo que tiene que pasar es un cambio cultural y la política no escapa a eso. Este es el ejercicio normal de la política y nosotros nos apartamos de eso. Por mi parte, no respondo a ninguna agresión, digan lo que me digan. Yo los miro y pienso: "¿Esto está bien?

¿Ustedes creen que es así? Bueno, no hay problema." Sin embargo, su mirada sobre la gestión Gutiérrez es por lo menos desfavorable.



-¿Cuál es el déficit en Quilmes, entonces? Gutiérrez busca un nuevo mandato.

Esperemos que no sea el tercero, por el bien de Quilmes. Hay situaciones gravísimas de todo tipo. Tiene que haber un cambio y por eso nos sumamos. Es el municipio con la estadística más alta de homicidios, casi el doble que en el resto de la provincia, 12 cada 100 mil habitantes. Esto se traduce en lo primero que te dice la gente que hay que resolver, es la seguridad. Quilmes está en una situación que no tiene antecedentes, entre las situaciones en el conurbano es de las más duras. Eso es lo que hace que la gente se quiera ir, que no quiera vivir más.


-La contaminación en Quilmes es otro problema muy conocido.

Basta con ir al arroyo Las Piedras para ver la gran contaminación que tiene, con mediciones altísimas de materia fecal. La gente vive en asentamientos sobre este arroyo. Y al no haber cloacas, los pozos ciegos desaguan ahí mismo, hay una saturación. Ascienden las napas y se produce una saturación. Los pozos son desagotados con bombas directamente a la calle; esto no ocurre en zonas precarias sino también en barrios de clase media. Se incrementan los basurales a cielo abierto con residuos de hospitales. En la herradura que envuelve a Quilmes norte, sur y oeste -que en el último censo se consideraba un 20% de gente en situación de pobreza- hoy estudios no oficiales hechos por universidades marcan un 36% por ciento. El crecimiento es elevadísimo. Han crecido los asentamientos. Faltan todo tipo de servicios. Volviendo al punto, casi un 45% de la gente del municipio vive sin cloacas. Se han ido cerca de cien industrias de Quilmes. Esto deriva en situaciones que ya conocemos.


El 27 de mayo pasado, Molina recibió un bautismo inevitable: su primera chicana de campaña. La recibió, nada menos, que de Mariano Recalde, un viejo amigo, compañero suyo en el Nacional Buenos Aires. El candidato K a jefe de gobierno porteño afirmó en una charla en la Universidad Torcuato di Tella que las ideas de Martiniano "no son compatibles con el programa político-económico del PRO" y que igual "va a seguir trabajando con nosotros", según publicó La Política Online. A esto, el chef asegura: "Con Mariano compartimos la secundaria, vacacionamos juntos. Tenemos una relación excelente. Nunca he dicho ser kirchnerista, para nada. Hice trabajos con el gobierno nacional, con Desarrollo Social, con el Ministerio de Agricultura vía ProHuerta y espero seguir haciéndolo. De nuevo, no soy kirchnerista porque no creo en estas definiciones."