Jugadores de Chile y Argentina bajan el tono bélico a la final de la Copa América

"Ojalá que la gente entienda que el fútbol es un deporte, no una guerra. Somos países hermanos, nos tenemos que respetar y ayudar". Javier Mascherano declaró con inteligencia a la salida del estadio de Concepción, luego de un partido en el que hinchas chilenos y argentinos se convirtieron en protagonistas principales de la noche con cánticos y agresiones.

"Estamos de acuerdo con Mascherano: es un partido muy importante, pero es fútbol y no una guerra. Hay que dejar una enseñanza, porque nos ven muchos niños", el lateral de la Roja Eugenio Mena, que respondió en nombre de la selección chilena este miércoles en Juan Pinto Durán.

Los hinchas locales silbaron el himno argentino antes del duelo de semifinales frente a Paraguay, gritaron fuerte el gol de Lucas Barrios y también sufrieron las cargadas de los simpatizantes albicelestes desde el comienzo de la Copa América.

"Siempre el límite es el respeto al prójimo, tanto nosotros como los periodistas debemos bajar ese mensaje. Si bajamos la agresión y la violencia, nos estamos equivocando. Los valores del deporte tratan de ser sanos y de que la gente se divierta, tiene que haber un ganador y un perdedor", remarcó el jugador del Barcelona.

La ayuda política de los chilenos a los ingleses en la Guerra de las Malvinas está instalada y se mezcla con el fútbol en cada estadio o sede que visita la parcialidad argentina.

"Este es un partido que se va a jugar a mil, pero más allá de un partido disputado, debe haber un respeto entre compañeros", añadió Mena durante la conferencia de prensa que brindó junto al defensor Pepe Rojas.

Chile y Argentina se enfrentan este sábado en un Estadio Nacional de Santiago que explotará de hinchas locales, contará con un grupo minúsculo de argentinos y un operativo récord de seguridad. Los anfitriones pueden conquistar el primer título de su historia.