"Cuando termine su mandato, Cristina no hará más que dar su opinión si alguien la llama"

Juan Manuel Urtubey, reelecto gobernador de Salta, habló con Infobae sobre los desafíos de su próxima gestión, el rol de la Presidente luego de que abandone el poder y sus ambiciones de llegar a la Casa Rosada. "Pensar que con la continuidad alcanza es un error", afirmó

Compartir
Compartir articulo

Su tonada pone en evidencia un origen norteño furioso. Da la mano y mira a los ojos al mismo tiempo. Un saludo fuerte. Seguro de sí mismo. Clásico, respetuoso. No hay relojes lujosos, cadenitas, pulseras, nada. Pelo corto, prolijo. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, sabe lo que quiere. O al menos eso demuestra. Es uno de los gobernadores más jóvenes de la República Argentina, pero aún así no pierde su lugar, no vive segundas adolescencias. Poco se conoce de su vida íntima. Es que el perfil bajo es el que prefiere por sobre todas las cosas. Se pone a disposición del entrevistador mientras le responde mensajes de texto a su hija, ya adolescente. Reclama más atención: "Me responde cuando tiene ganas", se queja entre sonrisas. Cansado del reclamo de "empanadas salteñas", cree que es hora de lanzar una producción masiva.

Se demuestra peronista y kirchnerista pero no se censura. Se anima a exponer sus diferencias, sostiene que con el discurso de "continuidad" solo no alcanza y reclama que los candidatos no están discutiendo la Argentina que viene.

Es el mismo título, lo único que me gané son cuatro años más de laburo en una provincia que todavía tiene una demanda enorme insatisfecha en términos de una brecha social grande, todavía, con muchos problemas.

Lo que se explica es que Salta lleva, fácil, 200 años de postergación, el norte argentino tiene ese problema. El PBI per cápita de los salteños es la mitad del promedio nacional. Significa que si nosotros seguimos creciendo, como lo estamos haciendo, recién dentro de 132 años vamos a tener el promedio de vida de la Argentina.

Sí. Creciendo un punto y medio por arriba de la media nacional, que es como está creciendo Salta, necesitamos más de 132 años para tener el PBI per cápita promedio. Venimos corriendo muy de atrás.

Obviamente que cuando vos te ponés a discutir sobre indicadores podemos discutir horas y días, lo importante es ver la película. En Salta, en los últimos siete años hemos tenido la reducción de pobreza más grande de nuestra historia. Datos duros: mortalidad infantil, desnutrición infantil, mortalidad materna, hemos tenido la reducción más grande. Tenemos un drama... se sigue muriendo gente que no debe morir por problemas que debieran de ser evitables. ¿Qué significa eso? Cientos de millones de dólares en obras de infraestructura y no alcanza.

En los últimos 10 años el norte argentino creció como no crecía en muchas décadas, no alcanza, hay que hacer mucho más. Desde los gobiernos podemos hacer las cosas lo mejor posible pero hay que seguir cambiando. Nosotros invertimos la lógica de gestión. Hasta que llegamos, Salta tenía la lógica clara del derrame: crecer los grandes lo más posible y luego derramaban hacia abajo. Yo di vuelto eso, ampliando la base social lo más posible.

Soy una persona que está convencida que encontró su misión. Mi misión es pelear para vivir en una sociedad más justa. Soy un convencido de eso. Si abracé el peronismo desde muy chico es justamente porque creo que esa es la causa que busca que los más humildes, los más vulnerables, los que nada tienen, puedan estar un poquito mejor. Yo soy un apasionado y me entrego a fondo en cada una de las cosas que hago.

Sí, definitivamente existe. ¿Dónde hay peronismo? En donde hay alguien convencido de que puede haber movilidad social, de que podés salir de pobre, de que podés vivir mejor. Eso en definitiva es peronismo. Si hay algo que la historia va a valorar de estos últimos 12 años de política es que Néstor y Cristina reposicionaron el peronismo en un lugar bastante parecido al que conceptual e ideológicamente debe ser. Vamos a ser claros, en nombre del peronismo también se hizo todo lo contrario invocando a Perón y Evita.

¿Qué es lo que pasa? Me parece que abusa de la liturgia el que tiene poco adentro. Yo no tengo que estar demostrándole peronismo a nadie. Solo lo que hay que hacer es caminar Salta y ver cómo era hace siete años y cómo es ahora. Tenemos todavía problemas terribles pero nosotros hemos puesto en marcha una locomotora que lo que está buscando es levantar al que estaba postrado. Lo que hemos recuperado es nuestra autoestima.

Será un nuevo Gobierno, con una nueva composición de poder, no sabemos quién va a gobernar la Argentina y yo voy a trabajar incansablemente para que sea un dirigente peronista de nuestro espacio político, del Frente para la Victoria. El problema es pensar que con la sola continuidad alcanza. A mi juicio, pensar eso es un error no solo táctico, sino estratégico. En la Argentina, producto de todo lo que se hizo, la realidad es diferente, no solo a la de hace dos años, sino a la de 12 años atrás. Si yo digo que solo voy hacer lo que se está haciendo, seguramente me va a ir mal. Si fuiste transformando la realidad hay nuevos problemas y habrá resolver una nueva manera de enfocarlos.

Está bien en la medida que sea producto de una evolución, en la medida que el cambio no disfrace discutir posiciones de poder. Yo en la vida he ido aprendiendo, en definitiva vas evolucionando. El problema es cuando solo te queda vocación de poder y cuando los principios no son más fuertes que esa vocación de poder, hay problemas.

No veo posible un doble comando porque el imperio de la realidad indica que cuando alguien es electo Presidente es el que conduce. Está bien, lo hará condicionado a las fuerzas fácticas de la sociedad: el Congreso y los otros poderes del Estado, como corresponde. Como gobernadores debemos acompañar ese proceso.

Esencialmente, Cristina es uno de los dirigentes más brillantes e inteligentes que he conocido en toda mi vida política. Tengo muy claro que ella va a ejercer el poder hasta el último minuto en el que la Constitución le da a ella las facultades para hacerlo. No la veo a la Presidenta, luego de su gestión, tratando de imponer algo cuando hay otro dirigente que tiene esa responsabilidad. No la veo a ella en esa posición. Mientras le toca lo que le tiene que tocar no va a delegar esa responsabilidad en otro, está claro que ejerce el poder e incluso algunos hasta se quejan de que ejerce mucho esa potestad. Cuando termine su mandato, ella dará su opinión si alguien la llama y le consulta, pero no más que eso. Yo no creo que ella ande empujando a nadie.

Sí. Yo quiero seguir trabajando para que lo que iniciamos de la mano de Néstor y Cristina tenga una nueva fase. Me he preparado toda mi vida para esto. Tengo vocación de ser Presidente de la Nación. Quería ser candidato este año pero tuve compromisos en mi provincia y me tuve que hacer cargo de eso. Había una discusión que se debía saldar. Ahora empiezo a transitar mis últimos cuatro años como gobernador.

Cuando tu cargo es más que vos estás en el horno. Yo soy uno más, con una responsabilidad enorme pero que tiene un laburo igual que cualquier otro. Cuando a vos tu posición de poder te da un upgrade para vivir de una manera diferente estás perdido porque te alejas de la gente. Cuando yo llegué a la provincia, tenía 150 policías afectados a mi custodia, una cosa delirante, desopilante. los mandé a todos a laburar. A mí me gusta andar en mi auto, parar a tomar un café, conversar. Así no hay relato. Cuando hay problemas, de esta manera te das cuenta. El playero que te cargó nafta te cuenta sus problemas y así uno tiene una idea más acabada de la realidad.

Si. Duermo muy poco porque me acuesto tarde y me levanto muy temprano. Duermo tranquilo porque dejo todo, todos los días. El día que no lo haga puede ser que no duerma.

Nosotros queremos conversar con cada uno de los candidatos para ver qué tienen pensado hacer con nuestra región. Yo no pienso apoyar a un candidato u otro por afinidad o amistad. Tengo una excelente relación con ellos pero lo que yo pretendo es que a mí me digan qué es lo que vamos a hacer con la Argentina profunda. Hay un común denominador en todos los candidatos: salvo Ernesto Sanz, todos son porteños o bonaerenses. Me parece genial, pero quiero escuchar que están pensando de esa Argentina profunda donde vivimos nosotros, de esa Argentina que necesita obras de infraestructura, la que necesita competitividad de economías regionales y hasta ahora a ninguno lo escuché hablar de esas cosas.

Tomar el piso de donde hoy estamos e ir por más. Generar condiciones para que sea mucho más competitiva la actividad productiva, la actividad industrial, la agregaduría de valor en origen en cada uno de los lugares. Yo sueño con una Argentina con una clase media rural dinámica, que podamos crecer.

Hoy sí. Hasta que un candidato de verdad nos plantee de qué manera hay que avanzar. No voy a votar al más amigo, sino el que más le convenga al norte argentino.

Nunca me lo ofreció. Nunca nadie me ofreció nada. Cuando yo tomé la decisión de ser candidato a gobernador es porque quiero quedarme en la provincia y quiero trabajar a fondo ahí.

Yo me he ocupado de darle visibilidad. Siempre hablé de ese tema. En Salta estaba vedado hablar de pobreza, de desnutrición, de cólera. Yo he logrado visibilizar los grandes problemas porque para solucionarlos deben ser visibles. Mi administración invierte 14,5 veces más en las zonas más duras de desnutrición infantil que en el promedio de la provincia, cuando se visibiliza el problema queda en evidencia esa inversión, sino parece que lo que estás haciendo ahí no vale la pena.