Tras masacre de Kenia, Human Rights Watch advierte que es "muy posible" que haya más ataques

Laetitia Bader, investigadora en Africa para esa ONG, analizó en InfobaeTV la situación de esa región africana luego del salvaje ataque de la agrupación islamista Al Shabaab que dejó 147 muertos

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 AFP 163
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Las fotos dieron la vuelta al mundo y se viralizaron en las redes sociales. Cientos de cuerpos rejuntados en un patio, flotando en un charco de sangre. Hubo indignación colectiva e incluso se le recriminó a Occidente que un ataque de estas características no hubiese generado una mayor cobertura de los medios de comunicación, a pesar de que el número de víctimas fue mucho mayor al que dejaron los terroristas que fueron contra Charlie Hebdo.

No muchos reconocen el nombre Al Shabaab, pero si recordarán su anterior ataque en el centro comercial Westgate, en Nairobi, que en septiembre de 2013 dejó 67 víctimas fatales.

La organización extremista, originaria de Somalía, ha incrementado su nivel de violencia dentro de Kenia y parece no estar dispuesta a detenerse. Y si bien el grupo ejerce el control de las zonas rurales en el centro y sur de Somalía, los ataques contra Kenia se han vuelto más frecuentes, lo que a su vez ha llevado a que las fuerzas armadas kenianas adopten una dura postura contra los somalíes refugiados en el país, generando así una escalada entre ambos lado que parece no detenerse.

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Laetitia Bader, investigadora en Africa para Human Rights Watch, explicó que esto genera una especie de círculo vicioso, ya que las fuerzas armadas de Kenia persiguen a los ciudadanos de ascendencia somalí, realizan arrestos en masa contra ellos, o incluso deportan ilegalmente y devuelven a su país a aquellos que poseen estatus de refugiados.

"Hay operaciones de seguridad muy abusivas," comentó Bader. "El año pasado la policía allanó casas durante semanas y se arrestaron hasta 4000 refugiados de origen keniata-somalí. Fueron retenidos por mucho tiempo en condiciones deplorables. Visitamos algunos centros de detención y vimos cómo los detenidos eran abusados," agregó.

Las fuerzas armadas de Kenia persiguen a los ciudadanos de ascendencia somalí

Somalía, en guerra civil desde 2009, se ha convertido en una zona de conflicto tal que muchos deciden escapar hacia el sur y cruzar la frontera hacia Kenia.

El gobierno de Nairobi "debe estar en comunicación con la comunidad sin importar si son somalíes, keniata-somalíes, musulmanes o extranjeros," explican desde HRW. "El problema es que cuando se tiene una policía que constantemente extorsiona y abusa de estas comunidades no se crea un contexto que lleve a buenas operaciones de seguridad".