El Gobierno analiza un cambio en Ganancias para facilitar paritarias

El ministro de Trabajo Carlos Tomada intenta convencer a Axel Kicillof sobre la conveniencia de modificar el mínimo no imponible. Sin embargo se cree que la Presidente se guarda esa carta para la campaña

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 Télam 162
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Cada cual tiene su propia expectativa para este domingo. Sean oficialistas u opositores. Lilita Carrió aguarda un "autogolpe" de la Presidenta para "romper la Constitución", de acuerdo a la última de sus predicciones. Los gremios oficialistas aportarán lo suyo para sumar a una movilización que logre empequeñecer a la realizada en homenaje al fiscal Alberto Nisman. También buscarán lucirse los intendentes K en la loca carrera por llenar micros con militantes.

Poco y nada, en cambio, se especula sobre las posibles novedades que daría la doctora Kirchner en el Congreso en materia de gestión. En cualquier caso, hay quienes prenden velas para que la mandataria produzca algún golpe de efecto, como podría ser una actualización del mínimo no imponible de Ganancias.

Naturalmente el mundo gremial recibiría de buena manera un anuncio de esa naturaleza. Sin embargo, el más interesado en un cambio sobre política impositiva vigente sería el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, confiaron a Infobae voceros de ese ministerio.

Según esta versión, Tomada, el ministro récord por permanencia en su cargo, trataría de convencer sobre la hora a su par de Economía, Axel Kicillof –y a Cristina antes que nadie-- sobre la conveniencia de dar ese paso. El argumento sería que una medida de ese tipo simplificaría el curso de las paritarias.

Dicen que Tomada defiende su postura con dos señalamientos: uno, resultaría más sencillo cerrar acuerdos salariales por un año, y en porcentajes menores a los que hoy se barajan entre los sindicalistas para emparejar los sueldos con el pesado nivel de inflación acumulada (Moyano habla de más de un 40 por ciento).

De hecho, los gremios que ya tuvieron que renovar acuerdos, como colectiveros y ferroviarios, entre otros, optaron por negociar sumas puente, a cuenta de futuros aumentos, dejándoles a otros el incómodo papel de establecer las llamadas paritarias testigo.

La otra razón que esgrimiría Tomada es que, actualizando el mínimo no imponible, además de incentivar el consumo, se desactivaría el único reclamo concreto que, según esa visión, tiene en este tiempo la dirigencia sindical.

De hecho, con ese argumento, el conglomerado opositor de gremios del transporte ha decidido lanzar un paro general para el 31 de marzo; el mismo que había quedado en la nada a fines de 2014, cuando Cristina eximió de Ganancias el medio aguinaldo del último diciembre.

Como sea, en otras áreas del Gobierno consultadas por este medio, fueron categóricos al desconsiderar que el domingo vaya a ocurrir tal cosa: "Esa es una carta que Cristina se guarda para más adelante, cuando la campaña esté mucho más avanzada", apuntaron.

Tampoco creen en "milagros" en la CGT de Moyano, que volverá a reunirse la semana próxima para analizar la letra chica del polémico acuerdo de cooperación con China y, probablemente, para adherir a la huelga del transporte.

Respecto del tratado con el gobierno chino, que abriría la puerta a trabajadores de ese país, a la central moyanista no le mueve un pelo que el Gobierno diga que ese entendimiento es casi idéntico al que se firmó con España durante la era alfonsinista, en los 80, sin que se produjera entonces el arribo en masa de trabajadores españoles.

El artículo 6 del convenio con China, en el renglón sobre facilidades, dice textual: "Cada parte otorgará a los nacionales de la otra facilidades para la realización de actividades lucrativas, ya sean laborales o profesionales, como empleados o por cuenta propia, en condiciones de igualdad con los nacionales del Estado receptor, siempre que se hubieran concedido los permisos de residencia y de trabajos necesarios para el ejercicio de dichas actividades". Unos leen A y otros leen Z.

 Nicolás Stulberg 162
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Además de chinos y de parar o no parar, la central opositora también hará un inevitable tercer tiempo sobre el acto del martes de Moyano en el Luna Park, donde relanzó su Partido de la Cultura, Educación y Trabajo.

"Es Massa o Macri, no hay otra salida", dijo a Infobae un íntimo del camionero, al referirse a las apuestas electorales en esa CGT. Parece cierto: presente en el Luna, tras un largo tiempo sin dar señales de vida en la calle Azopardo, el canillita Omar Plaini, que apoya a Scioli, debió resignarse a que muchos le dieran vuelta la cara. Así de cruel.

Hasta acá, Moyano no dijo una palabra sobre quién será su candidato, ni tampoco dio la libertad de acción que algunos discípulos suyos esperaban para arreglar con el postulante que a cada uno le parezca. El moyanismo ya alcanzó acuerdos con el massismo en Salta, Misiones, Chubut y algún que otro distrito más.

Pero Macri caló hondo entre varios dirigentes (incluido Moyano), que consideran que Massa entró en una peligrosa meseta, fuera de que le cuestionan no haber renunciado aún a su banca en Diputados, donde el ex intendente acredita un papel opaco y un ausentismo perfecto en las comisiones que eligió participar.

"Yo sin ustedes no podría gobernar; no quiero que me pase lo de Alfonsín", es una de las frases con las que el jefe de Gobierno porteño busca seducir a los duros sindicalistas, previamente ablandados por su subsecretario de Trabajo, Ezequiel Sabor. También cayó bien el acercamiento al peronismo de Macri, vía Reutemann.

Del lado kirchnerista, otro que espera un aval presidencial es el presidente de la Comisión de Trabajo de Diputados, el abogado laboralista Héctor Recalde.

Aspira a sistematizar todas las leyes laborales en un único Código de Trabajo. No lo desesperanza ni siquiera que Tomada haya afirmado que tal proyecto no esté en la agenda del Ejecutivo. "Pero sí está en la agenda del Legislativo", marca la cancha.

En tanto, los gremios K del metalúrgico Antonio Caló velan las armas para concentrarse frente al Congreso. Congregados en la sigla denominada Masa (no confundir con Sergio), el Movimiento de Acción Sindical Argentino cuenta con la UOM, el Smata, la Unión Ferroviaria, telefónicos, taxistas y textiles entre otros.

"Vamos a acompañar a la Presidenta porque le debemos muchas cosas a este Gobierno", señala Jorge Lobais, titular del gremio textil (AOT).