Las nuevas promesas de la moda

En una nueva edición de "La Ciudad de Moda", se mostraron las propuestas del diseño emergente. Estampas vegetales, textiles del NOA, un ex Project Runaway como participante y hasta un diseñador que vistió a la reina de Qatar

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Cinco diseñadores emergentes y un consagrado participaron de la edición invierno 2015 de "La Ciudad de Moda", la iniciativa que, desde hace 9 ediciones, se plantea como un punto de encuentro para que diseñadores nóveles y en camino a consagrarse muestren su trabajo y sienten las bases de las nuevas tendencias del sector.

El primer desfile fue el lunes pasado en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en donde la diseñadora y artista Manuela Rasjido presentó un desfile celebratorio de sus textiles artesanales y sus siluetas que recrean tanto las tipologías del NOA como su gusto por el diseño japonés. Al cierre de la pasarela, se realizó una ceremonia en la que fue consagrada como "Personalidad destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires".

"Mi estilo refleja de un modo decantado y sutil la pertenencia a los Valles Calchaquíes. Mis creaciones tienen el aroma de la jarilla y de la flor del cardón, irradian los colores de las montañas y los campos sembrados de pimiento, los viñedos", señaló la diseñadora de una larga trayectoria, quien además de exhibir sus propuestas tanto en la tienda Henri Bendel como la sede de la OEA, en Estados Unidos o en el Certamen Diseñador de 2000 -del que resultó ganadora-, en 2012 obtuvo el Premio Konex de Platino en la categoría Diseño de Indumentaria.

La siguiente jornada de "La Ciudad de Moda", que se realizó el martes pasado en "El Dorrego", fue la plataforma de lanzamiento para las colecciones invierno 2015 de Talitha Ind, Edu de Crisci, Bastardo B:A (Marcelo Yarussi), Juan Hernández Daels y Belén Amigo.

La apertura del desfile estuvo a cargo de la firma Talitha Ind. Su diseñadora y creadora, Cecilia Hernández, presentó una colección inspirada en la "Inmaculada Apocalíptica". De su homenaje a esa figura religiosa, surgieron mangas dramáticas emulando un manto religioso, faldas lápiz con estampas vegetales, buzos cortos que simulan ponchos y replican una estampita, ensambles de camisa y pantalón en color obispo, batas orientales, mini vestidos atiborrados de reflexiones visuales sobre la naturaleza y una mirada lúdica sobre el apocalipsis.

"Rescaté a la virgen de Quito, una figura con mucha fuerza en el movimiento y en la representación, su manto, las alas y la paleta me parecieron mágicos y busqué modos posibles para incorporarlos a mi colección; los trasladé a las morfologías", explicó Hernández.

Luego, fue el turno de Edu De Crisci, el diseñador que participó del reality televisivo Project Runaway, con propuestas inspiradas principalmente del street wear y manifestaciones callejeras y culturales.

Nieto de una peletera y de un sastre, De Crisci retomó la tradición familiar y la resignificó desde su colección para el invierno 2015 que conjuga sastrería deportiva con estola, tapados y estolas con inscripciones.

En tanto, Marcelo Yarussi, el creador de "Bastardo B. A", presentó como correlato de su colección de mochilas, chaquetas de lona con avíos de soga náutica, buzos de paño negro con detalles de cuero crudo y megabolsos en la misma línea.

"Siempre hice prendas solo para las campañas, me interesaba cruzar el accesorio con la mochila y ahora decidí desarrollar una colección donde los materiales rigieran la caída y el diseño. Considero que refleja mi mirada personal y los tonos monocromáticos de la ciudad", señaló el creador sobre su colección "Ensayo".

Por su parte, el diseñador argentino Juan Hernández Daels mostró la colección "Barlovento" en donde vestidos, catsuits y sastrería que replica el efecto del viento sobre las velas de navegación, fueron protagonistas. El modisto formado en la Royal Academy of Arts de Antwerp, trabajó en diseño para la reina de Qatar y comercializa sus prendas en un showroom de París.

Por último, el cierre de la pasarela fue de la chaqueña Belén Amigo con su colección "Hotel Chaco", en donde el capullo del algodón estuvo omnipresente bordado en vestidos de seda, maxi sobres de lana y chaquetas.