El próximo gobierno recibirá un atraso cambiario superior al del fin de la convertibilidad

El economista Diego Giacomini afirmó que si el Gobierno devalúa en 2015 a un ritmo inferior al de la inflación, para fin de año el "peso estaría un 12% más apreciado" respecto del dólar que 2001

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, economista jefe de Economía y Regiones, conversó con Pablo Wende sobre la posibilidad de que la

Argentina regrese al mercado de deuda

para afrontar la delicada situación económica antes de las elecciones y alertó por el

atraso cambiario

que recibirá el próximo gobierno, pues las "

expectativas de devaluación

aumentan" para el 2016.

"Hay apetito por los papeles argentinos en el exterior. Todo el mundo está apostando al 2016. El 2015 es un año jugado, esta es la lectura. Al gobierno de Cristina Kirchner le va a servir", consideró Giacomini, en los estudios de InfobaeTV.

El economista descarta que el ingreso de dólares signifique "que se relaje un poco el 'cepo'", pues "este año la agenda es muy sencilla: aguantar y llegar a fines de 2015 con la mayor cantidad de reservas, por cuanto necesito que la inflación baje algo con respecto de 2014 y el dólar aumente lo mínimo posible durante el transcurso del año".

"Si logro esas dos cosas, logro mantener las reservas y llegar a fin de año. Emitir deuda es funcional a todo esto", expresó Giacomini.

En otros aspectos macroeconómicos, estimó que "la inflación interanual en la primera parte va a ser decreciente. Del 39 ó 40 por ciento anual va a converger lentamente al 30 por ciento. Eso va a permitir mantener el dólar cuasi fijo y que se vaya agrandando el atraso cambiario".

Riesgos del dólar "cuasi fijo"

Para anclar la cotización del dólar oficial, Giacomini consideró que la "emisión de deuda va a ayudar", aunque advirtió que "el dólar se aprecia en todo el mundo. Todos los países de la región han devaluado entre 15 y 25 por ciento contra el dólar. Un ejemplo de eso es Brasil".

"Argentina deja el dólar casi clavado, con inflación y eso lo dificulta. A esto le tenemos que sumar que van a entrar u$s5.000 millones menos por exportaciones de soja" debido al descenso de los precios de los granos en el mercado de Chicago.

"Si el Gobierno se sale con la suya, el dólar puede terminar el año a 9,60 ó 9,70 pesos", pero por efecto de la inflación, habrá una apreciación del peso respecto del dólar en términos reales. "Tendríamos una devaluación nominal del 14% con una inflación que cerraría el año en 34 por ciento. En ese escenario el peso estaría un 12% más apreciado que a la salida de la convertibilidad", estimó.