Avanza el segundo juicio por dádivas contra Ricardo Jaime

El juez Ercolini dio el primer paso formal para que comience un juicio oral porque al ex secretario de transporte un empresario le pagaba el alquiler de su departamento

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 Télam 162
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Ricardo Jaime es una de las muestras claras de la corrupción del kirchnerismo. Ya ha sido procesado por enriquecimiento ilícito y está sentado en el banquillo de los acusados por la Tragedia de Once donde la corrupción llevó a la muerte. Tiene varios casos abiertos en los Tribunales y dos juicios pendientes por dádivas.

La traducción de la dádiva es simple: una coima. En uno de los juicios será acusado porque la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) que explotaba dos líneas de ferrocarril y varias de colectivos, le pagó viajes en taxis aéreos para que descansara los fines de semana. Jaime debía controlar a TBA.

El segundo juicio, que ha entrado en la etapa final de preparación previa al debate, será porque Jaime recibía mensualmente una "alegría" de parte del empresario Néstor Otero. La Justicia comprobó -el hecho fue revelado por el periodismo en 2010- que Otero, dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro, concesión que debía ser controlada por Jaime como secretario de Transporte, pagaba el alquiler del departamento donde vivía el ex funcionario kirchnerista. Un hecho de corrupción.

Jaime asumió como secretario de Transporte de Néstor Kirchner en mayo de 2003 sin experiencia en la materia. En cambio sabía cómo hacer "acuerdos" con los empresarios, siempre dispuestos a colaborar para hacer más felices a los funcionarios. En julio de ese mismo año Otero comenzó a pagar el alquiler. Es decir que 37 días después de haberse hecho cargo de la Secretaría de Transporte, Jaime comenzó a vivir en un departamento cuyo alquiler pagaba Otero. Rápidamente había sellado un acuerdo de "convivencia" con el empresario al que le renovó la concesión de la Terminal de Retiro desde 2006 a 2015. Y por supuesto, a un precio menor del que había pagado antes.

El juez Ercolini dispuso la semana pasada lo que se conoce como "proveído de prueba", un acto por el cual se establece quiénes serán los testigos del juicio y qué pruebas deberán obtenerse antes del comienzo del debate oral y público. En el banquillo de los acusados estarán Jaime y Otero pero además Edgardo Preiti, Gabriel Akerman y Alfredo Pielach. Los tres últimos formaron parte del directorio de TEBA, la sociedad a cargo de la Terminal de Retiro y fueron garantes de diferentes contratos de alquiler de los dos departamentos en los que vivió Jaime entre 2003 y 2009, años en los que decidió cómo era la política de Transporte del país.

Entre los testigos estará Silvia Reyss, ex pareja de Jaime. Y también tendrá que declarar un conocido y exquisito ex futbolista: Fernando Redondo. El lujoso ex volante central es dueño, junto a su hermano Leonardo, de la empresa Frans Bell que alquiló los departamentos. También tendrá que declarar Carlos Burztyn, cobrador de Frans Bell quien testimonió que algunos meses iba a buscar el dinero directamente a la oficina de contaduría de la Terminal de Ómnibus de Retiro. Se incorporará como material probatorio en el juicio, parte de la causa por enriquecimiento ilícito de Jaime en la que fue procesado por el juez Sebastián Casanello.

Otero fue beneficiado por el kirchnerismo con varias terminales en el país. Pero también Mauricio Macri le otorgó un negocio importante: la Terminal del Sur de la Ciudad de Buenos Aires. Es un hombre que sabe cómo obtener licitaciones. Tiene experiencia. Casi no se le conoce la cara: será vista cuando, en algún momento de 2015, se siente en el banquillo de los acusados junto a Jaime. El juicio lo hará el juez Ercolini –y no un Tribunal Oral Federal- porque el delito tiene una pena menor a los tres años. El fiscal será Guillermo Marijuán.