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Un hecho que hasta ahora no había trascendido tomó importancia en las últimas horas: como reveló Infobae, la jueza Sandra Arroyo Salgado denunció que días antes de la muerte de su ex esposo Alberto Nisman recibió una edición de la revista Noticias que tenía una foto de él con una sospechosa marca sobre su frente. Una vez conocida la muerte del fiscal general del caso AMIA, su ex mujer consideró que esa marca (similar a la mira de una pistola) podría ser leída con una amenaza.
En diálogo con Infobae, el jefe de redacción de la revista, Edi Zunino, descartó que se haya tratado de un recurso editorial para señalar que el fiscal "estaba en la mira", como en un primer momento pensó Arroyo Salgado. Descartó además que se haya tratado de un error de imprenta extendido en todos los ejemplares de esa edición.
"Hace una hora estamos revisando todos los ejemplares que tenemos en la imprenta. Están a disposición de la Justicia", adelantó. Según explicó, los números viejos de la revista están en sus talleres porque la editorial suele recoger los ejemplares viejos de los kioscos para hacer un recuento de ventas y guardar el material sobrante en su archivo.
En un primer momento había trascendido que la foto en cuestión era la que estaba en la tapa de la revista. Pero Zunino confirmó que en realidad la foto con la marca estaba ubicada en la página 25 (ver imágenes adjunta).
El jefe de redacción de la revista evaluó que si la marca fue hecha en ese único ejemplar "para la Justicia es muy fácil determinarlo porque es una escritura sobre algo impreso previamente". El trazo, la presión sobre la hoja y la calidad de la tinta alcanzarían para demostrar si la llamativa mancha fue producto del proceso de impresión o fue agregada con posterioridad.
Pero si el extraño punto fue agregado luego de que la revista fuese impresa, la pregunta que surge es: ¿quién y cómo logró colocar esa marca? Conocedor del proceso de edición, impresión y distribución de la revista, Zunino advirtió: "Para que sea un mensaje tiene que haber sido realizado entre el kiosco y la casa de la doctora Arroyo Salgado. Haberlo hecho antes es de un azar tremendo, porque el que imprime, empaqueta y distribuye no sabe a dónde va a dejar cada paquete".