Brasil no puede mantener la inflación dentro del rango previsto por el gobierno

La suba de precios minoristas se situó en un 6,69% en los últimos doce meses acumulados a enero 2015, por el ajuste en las tarifas eléctricas y los pasajes de transporte público

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 Reuters 162
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registró una inflación de

+6,69% en los últimos doce meses acumulados a enero

2015, manteniéndose por encima del límite superior de política monetaria (6,5% anual) y alcanzando su

máximo nivel de los últimos tres años

.

Parte de este aumento en la inflación habría estado explicado por un ajuste en las tarifas eléctricas y los pasajes de autobús.

Según la encuesta Focus que realiza el Banco Central brasileño, el consenso del mercado financiero auguró una nueva alza de la inflación, de 6,67% a 6,99% en 2015, por encima del techo de la meta oficial (6,5%). Hace un mes, el relevamiento situaba ese índice en 6,53 por ciento.

De esa forma, el mercado continúa recortando progresivamente su expectativa de crecimiento y aumentando la de inflación, el peor de los escenarios para los brasileños.

El año pasado, Brasil cerró con una inflación de 6,41% mientras analistas aguardan un crecimiento cercano a cero. El Banco Central elevó la semana pasada la tasa de interés de referencia, de 11,75% a 12,25% anual, en un intento por desestimular el crédito al consumidor y liberar así presión sobre los precios.

La inflación en Brasil se incrementó al máximo nivel en tres años

Pese a las primeras medidas de ajuste anunciadas por el gobierno, Brasil enfrenta el fuerte pesimismo del mercado, que recortó su estimación de crecimiento a 0,13% y elevó la de inflación a 6,99% en 2015.

En la encuesta semanal que realiza el Banco Central brasileño con 100 instituciones financieras, la proyección del PBI cayó de 0,38% a 0,13%, según un comunicado. Hace un mes el mercado esperaba un crecimiento de 0,55% para este año, muy lejos del 7,5% de 2010.

De su lado, el Fondo Monetario Internacional también redujo drásticamente su expectativa de crecimiento de Brasil en 2015, de 1,4% a 0,3%, ante la posible retirada de capitales del país y el impacto por la desaceleración china.

El gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff, que asumió en enero para un segundo mandato de cuatro años, adoptó una política de austeridad con miras a equilibrar las cuentas públicas, recuperar la confianza de los mercados y atraer inversiones.

Las primeras medidas incluyen la reactivación de impuestos, el alza de aranceles sobre importaciones, recorte de gastos de funcionamiento del gobierno y restricciones al seguro de desempleo y pensión por muerte.