Francia sufrió 19.000 ciberataques desde el atentado contra Charlie Hebdo

En medio de las tensiones políticas y religiosas después del ataque a la semanario satírico, el jefe de ciberdefensa francés denunció la ola más grande hackeos informáticos que haya sufrido alguna vez un país

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Los ciberpiratas han atacado unos 19.000 sitios franceses desde los ataques de extremistas islámicos que dejaron 20 muertos la semana pasada, dijo el jueves un alto funcionario de la Defensa cibernética, mientras el presidente François Hollande trataba de serenar los ánimos.

Francia vive en tensión desde los ataques que comenzaron el 7 de enero en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo. La publicación, objeto de amenazas reiteradas por sus caricaturas del profeta Mahoma, enterró el jueves a varios de sus colaboradores asesinados a la vez que reeditaba su edición semanal con Mahoma en la portada.

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El almirante Arnaud Coustilliere, jefe de ciberdefensa de las Fuerzas Armadas, dijo que unos 19.000 sitios web franceses sufrieron ataques, algunos realizados por conocidos grupos islamistas.

Los blancos fueron tan variados como regimientos militares y pizzerías, pero aparentemente ninguno sufrió daños graves, añadió.

"Es la primera vez que un país sufre una ola tan grande de ciberataques"

"Lo nuevo, lo importante, es que son 19.000 sitios, eso es algo inédito", dijo Coustilliere. "Es la primera vez que un país sufre una ola tan grande" de ciberataques.

Coustilliere dijo que los ataques fueron una respuesta a las manifestaciones del domingo, en las que 3,7 millones de personas salieron a las calles para pronunciarse contra el terrorismo. Dijo que "grupos estructurados" usaban tácticas como la colocación de logos yihadistas en sitios web de empresas.

Dos de los terroristas en París proclamaron su lealtad a Al Qaeda en Yemen y el tercero -que tomó un supermercado kosher- al grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

Los ataques se produjeron en un clima de tensiones religiosas creciente en Francia y han provocado actos de violencia contra individuos e instituciones musulmanas en todo el país. Desde los atentados, la Justicia francesa ha detenido a decenas de personas por exaltar el terrorismo o hacer declaraciones antisemitas.

El presidente socialista Hollande insistió el jueves en que cualquier ataque antiislámico o antisemita será "duramente castigado", en un intento de calmar las crecientes tensiones religiosas tras los atentados más mortales que ha sufrido el país en décadas.

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El país está en tensión desde que 20 personas, incluso los agresores, murieran en la serie de ataques de la semana pasada.

En un discurso, Hollande dijo que los millones de musulmanes del país deberían ser protegidos y respetados, "igual que ellos deben respetar a la nación" y sus valores estrictamente laicos.

"Actos antimusulmanes, al igual que actos antisemitas, no sólo deben ser denunciados sino severamente castigados"

"Actos antimusulmanes, al igual que actos antisemitas, no solo deben ser denunciados sino severamente castigados", afirmó el jueves en el Instituto del Mundo Árabe en París.

Señalando que los musulmanes son las principales víctimas de la violencia extremista islámica, dijo que "ante el terrorismo, todos estamos unidos".

Fuentes de inteligencia de Estados Unidos y Francia se inclinan hacia la hipótesis de que los atentados terroristas de París estuvieron inspirados por Al Qaeda pero no fueron directamente supervisados por el grupo, una idea que clasificaría los ataques en una categoría de incidentes preparados en el país y que son extremadamente difíciles de detectar e impedir.

La Justicia francesa empezó una ofensiva arrestando a decenas de personas que glorificaron el terrorismo o hicieron comentarios racistas o antisemitas sobre los ataques.

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El jueves volvieron a registrarse filas de gente esperando para comprar copias de la primera edición de Charlie Hebdo desde los ataques, que volvía a mostrar a Mahoma en la portada. Aunque se hizo una edición especial aumentada de 5 millones de copias, los ejemplares se agotaron en los quioscos de París por segundo día consecutivo.

Los musulmanes creen que su fe prohíbe la representación gráfica del profeta y algunos reaccionaron con consternación -e incluso con ira- a la nueva portada. Algunos que habían apoyado al semanario tras los ataques se sintieron traicionados y otros temieron que la caricatura pudiese generar más violencia.

El líder de la filial de Al Qaeda en Yemen se atribuyó la responsabilidad por el ataque al semanario en el que dos hombres armados asesinaron a 12 personas, diciendo en un video publicado en internet que había sido en "venganza por el profeta".