Gremios industriales constituyeron una nueva confederación y cerraron filas con el "modelo"

Bajo la conducción del SMATA, casi veinte entidades se unieron "en defensa" del empleo fabril y advirtieron por un "golpe económico". El lanzamiento coincide con una caída de la actividad. Citarán a los candidatos presidenciales para escuchar sus ideas

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 Adrián Escandar 162
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Fue un acto con toda la pompa peronista. A eso de las 11, las columnas sindicales de cada sector industrial ingresaron y se posicionaron rápidamente en el abarrotado auditorio "Hugo del Carril" de la sede del gremio metalmecánico, ubicado en Belgrano 655 de la Ciudad de Buenos Aires. Pecheras, bombos y banderas mediante, los grupos se midieron entre sí y compitieron con gritos de guerra y canciones de cancha su apoyo a sus conducciones gremiales.

La pelea simbólica entre las facciones fue, sin embargo, breve y quedó reducida a mera costumbre."Este es un acto de unidad, no es para ver quién la tiene más larga", se escuchó en el recinto en forma de reproche. Es que el objetivo por el que se habían trasladado y se reunieron veinte organizaciones era otro: constituir legalmente una nueva entidad sindical de segundo grado, la Confederación Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA). Sin mediar debate alguno, los delegados acreditados votaron a mano alzada y por unanimidad a la lista "Blanca" de unidad, encabezada por el anfitrión Ricardo Pignanelli, y el titular de la CGT, Antonio Caló.

En su discurso como titular de la CSIRA, Pignanelli convocó a defender "el modelo" y los puestos de trabajo en la actividad industrial. "Qué lindo sería no perder este modelo que nos dio laburo, y que a los gremios industriales nos sacó de la calle y de revolver los tachos de basura. Todos los gremios tenemos que salir a la calle y decir presente", dijo el flamante secretario general frente a una tribuna a la que, además de asistir metalúrgicos y mecánicos, fueron trabajadores textiles (AOT), constructores (Uocra), mineros (Aoma), de la Alimentación (STIA), del Plástico, de Sanidad (ATSA), del Vestido (Soiva y Foniva), y petroleros (FASP y GP), entre otros.

"Ésta demostración tiene que ser de unidad. Muchas veces dicen que los ejércitos se separan porque se separan los generales. Hoy todos los generales están acá, están todos unidos. Como decía el general Perón, la empresa es alta y la divisa es clara: la bandera es la del trabajo por el que todos vamos a tener que pelear", manifestó el titular del Smata ante los aplausos del auditorio.

 Adrián Escandar 162
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Anticipándose a las próximas elecciones presidenciales, el dirigente metalmecánico trazó un escenario económico adverso al denunciar que "empresarios malos y políticos malos buscan con un golpe económico que tengamos un 25% de desocupación para que de hecho haya flexibilización y bajen los salarios". "Hay que saber a quién votar, porque no sé si nos aguantamos en Argentina otro 2001", planteó.

El temor de los gremios tiene su correlato en el actual mal desempeño económico del sector, que desde hace 15 meses entró en una fase recesiva y este año alcanzó una merma del 2,7% en la producción, según las estimaciones realizadas por la Unión Industrial Argentina (UIA). Las suspensiones y despidos en el SMATA fueron los protagonistas de 2014, junto a los conflictos fabriles que llevaron a un enfrentamiento directo con partidos y delegados de izquierda.

Asimismo, el retroceso económico en la industria, que se produjo principalmente por el desplome de la demanda interna y externa -es el caso de las automotrices que dependen de la exportación a Brasil-, llevó a que se multipliquen las voces empresarias y de la oposición que reclaman por "mejoras en la competitividad", un pedido que se manifiesta en el rechazo a la presión impositiva, más garantías a las inversiones, y una redefinición del rol del Estado que garantice la rentabilidad privada.

Frente a este escenario, no resulta casual que los sindicatos decidieran reflotar la iniciativa de una confederación industrial, luego de permanecer la iniciativa mucho tiempo congelada. La última vez que esta entidad tomó estado público fue hace dos años, en un acto en el que tuvo la venia del Gobierno y del que participaron funcionarios del gabinete nacional, como la ministra de Industria Débora Giorgi.

En esta clave, Pignanelli parafraseó al escritor nacional Arturo Jauretche: "Nos quieren entristecer para quitarnos la esperanza y no luchar". "Tenemos que luchar para impedir que con un golpe económico nos tiren el poder adquisitivo que tardamos ocho años en recuperar", agregó, y denunció al capitalismo que en vez de "estar invirtiendo", busca "competitividad con salarios bajos y desocupación". "Necesitamos que la industria se convierta en una política de Estado", dijo ante la aclamación de los presentes.

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A su turno, Antonio Caló anticipó en su intervención que la confederación convocará a todos los postulantes a la Casa Rosada, a quienes les preguntarán "qué es lo que piensan hacer con el modelo industrial y los puestos de trabajo conseguidos en estos años". En otras palabras, una suerte de réplica (o respuesta) de la 20° Conferencia Industrial de la UIA, que a comienzos de este diciembre invitó a los aspirantes a la Presidencia a que expresen sus propuestas.

En este sentido, el líder de la UOM anticipó rechazo al jefe de Gobierno porteño y candidato presidencial, Mauricio Macri, y a la diputada Elisa Carrió del Frente Amplio Unen, debido a su desconfianza hacia el justicialismo y puso su ficha electoral. "Un gobierno peronista, mal o bien, sigue siendo peronista. Con un gobierno así se puede discutir", afirmó, sin distinguir entre el gobernador Daniel Scioli y el ex intendente Sergio Massa, los principales candidatos del PJ en su versión oficialista y disidente.

Caló además recordó que "durante la dictadura desaparecieron muchos compañeros delegados y en la década de los noventa nos quisieron hacer creer que la Argentina tenía que ser un país de servicio, sin gremios industriales. Y así nos fue". En este sentido, insistió que "por eso formamos esta Confederación de Sindicatos Industriales, para no volver a que los trabajadores vuelvan a la miseria", e invitó a sus pares sindicales oficialistas y opositores a que integren la nueva entidad.

"Con las indemnizaciones los compañeros ponían kiosquitos y remisería. También se fundían, porque al no haber trabajo y consumo no había lugar para todos. A eso no queremos volver y se lo recuerdo especialmente a los jóvenes que no lo vivieron", finalizó.

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