Las ventajas sexuales de una dieta rica en comidas "picantes"

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Los países con gran tradición en comidas picantes suelen resaltar a la figura masculina como un personaje con coraje, gran porte u masculinidad, que soporta el intenso sabor de unos buenos chiles o algún picante derivado. Medio Oriente, México, países de centroamérica y algún otro latino son icónicos en este tipo de comidas.


Y lo que se consideraba un mito, fue descubierto por la University of Grenoble, donde un grupo de científicos encontraron una correlación positiva entre la ingesta de picantes y la produccion de testosterona. Según el estudio, la producción masiva de testosterona se emparenta con personalidades fuertes, con algún grado de agresividad, temerarias y con alto apetito sexual. Un típico "macho alfa", al decir popular.


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Laurent Bégue, uno de los autores de la investigación, explicó los lazos que unen las comidas picantes, el nivel de testosterona y la personalidad definida de esas personas: viven su vida asumiendo mayores riesgos. "Los resultados están en línea con una gran cantidad de investigaciones que muestran un víncuilo entre testosterona y una conducta financiera y sexual de asumir riesgos", explicó el científico.


El estudio comprendió a 114 personas entre 18 y 44 años. A los sujetos se les solicitó que escogieran entre diferentes niveles de picantes en las comidas. Luego, según consigna el diario The Independent, se les pidió que condimentaran un puré de patatas con pimienta y sal, antes de que probaran la comida.


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Los científicos tomaron muestras de la saliva de los participantes y descubrieron que aquellos que mostraron una preferencia por los productos más picantes tenían un mayor nivel de testosterona en el análisis hecho en el laboratorio. Sin embargo, no había relación entre la cantidad de sal que le ponían a la comida y su nivel hormonal.


El estudio fue realizado por Bégue, Véronique Bricout, Jordane Boudesseul, Rébecca Shankland y Aaron Duke y fue publicado en Sciencie Direct. También realizaron las mismas pruebas en ratas y cosiguieron similares resultados. Sin embargo, en estos animales sí pudieron establecer que a mayor consumo, experimentaban más producción de testosterona. Según Bégue, esa correlación no pudo ser todavía comprobada en humanos.