Tras días de intensos debates, el Senado de EEUU aprobó finalmente el presupuesto de 1,01 billones de dólares que financiará al Gobierno Federal hasta octubre de 2015, y evitó así un cierre de la Administración como el de 2013.
De hecho, numerosos republicanos votaron contra una objeción planteada por Cruz sobre inmigración, con el argumento de que retrasar la aprobación del presupuesto perjudicaría al partido y beneficiaría a los demócratas, que, con el control del Senado, aprovecharían para aprobar las nominaciones de Obama para cargos de la Administración antes de ceder la mayoría el próximo enero.