El misterio de las cartas en las tumbas de las víctimas del capo narco colombiano Pablo Escobar

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 AFP 163
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"Sólo les pido perdón". Esas cuatro palabras las repite una y otra vez Luz María Escobar, hermana del mayor narcotraficante de la historia de Colombia, Pablo Escobar, a 21 años de la muerte del líder del Cártel de Medellín.

El 2 de diciembre de 1993 cayó el capo narco al ser abatido en una azotea a manos de policías colombianos apoyados por grupos rivales a Escobar. Con él se fueron miles de crímenes que provocaron una herida que hasta el día de hoy no cicatriza en Colombia, y que su hermana intenta sanar con notas de "perdón" en las tumbas de las víctimas.

"Todos los días pienso en todas esas personas que han sufrido o están sufriendo a causa de mi hermano –a causa de la guerra que libró-", aseguró Luz María a la BBC.

Coches bomba, secuestros, torturas y asesinatos formaron parte de la vida cotidiana de Colombia durante la década de 1980. El caos y el terror se apoderaron de un país que supo ser víctima de escalofriantes registros. Como el de 1991, año en el que sólo en Medellín murieron 381 personas por cada 100.000.

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Luz María reconoció que ella no sabía de la participación de su hermano en el narcotráfico hasta que éste dio cuenta de un testamento que dejó a la familia por si llegaba a caer. "No pensé que pudiera dejar tal marca dolorosa en el mundo", apuntó.

En el apogeo de su poder, su hermano supo ser un verdadero peso pesado. Su cártel controlaba el 80% del comercio mundial de cocaína y, a partir de semejante crecimiento, también se convirtió en el séptimo hombre más rico del planeta. Este desmedido poder y control llevaron a Escobar a manipular a su antojo a políticos, agentes policiales, fuerzas de seguridad, periodistas y hasta miembros de la Justicia colombiana.

Luz María recordó que, junto con su madre, intentaron hacer que su hermano dejara el negocio. Pero los intentos fueron en vano. "Él era capaz de convencerte por otro lado", indicó.

La hermana del mayor narcotraficante de la historia sostuvo que llora demasiado. El legado que dejó su hermano, a quien aún hoy sigue amando, es demasiado doloroso para ella. Sin embargo, también defendió a Pablo por su trabajo con los pobres.

"Pablo es el único político colombiano que no necesitaba ejecutar una campaña política", dijo, refiriéndose a la corta carrera política de Escobar como congresista suplente en el parlamento nacional. "Él ganó los votos con la ayuda que le dio a todos, y el hecho de que él cumplió su palabra", expresó Luz María.

"Todos los días pienso en todas esas personas que han sufrido a causa de mi hermano"

Un año atrás, para el aniversario número 20 de la muerte de Pablo Escobar, la mujer dejó lápices y papeles alrededor de la tumba de su hermano, que permanece en el cementerio Jardines Montesacro, en Medellín, para pedir a la gente que deje mensajes de perdón.

"Creo que es algo bueno después del daño que su hermano provocó. Pero si una de esas notas aparece en la tumba de mi hermano, probablemente la tiraría, porque sólo una disculpa no es suficiente. Es cuestión de Justicia", aseveró Felipe Mejía, quien perdió a su hermano, Jaime Hernán, asesinado en 1989 a los 18 años.

"Aún hoy algunos de los involucrados en el asesinato de mi hermano están vivos. Tienen una vida plena, con hijos y nietos. Y yo no tengo a mi hermano", agregó.

Ya pasaron 21 años y la herida no cicatriza. El dolor está hecho y no podrá ser reparado. Por eso, Luz María no se olvida de las miles de víctimas que dejó su hermano: "Sólo les pido perdón".