El elegido para el show íntimo fue la estrella de la televisión sueca Fredrik Wikingsson, que trabaja en una serie de documentales sobre la experiencia en solitario de acontecimientos previstos para multitudes.
Wikingsson, quien se confiesa un fanático de Dylan , dijo a la revista Rolling Stone que estaba tan nervioso que no pudo comer nada antes del recital. "Era como si estuviera bajo los efectos del éxtasis", declaró.