Claves para entender el acuerdo nuclear que Irán negocia con Occidente

A una semana de vencer el plazo fijado entre las partes, las potencias del G5+1 buscan cerrar un pacto con Teherán que ponga fin a 12 años de crisis

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 AFP 163
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Irán y las grandes potencias del G5+1 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China más Alemania) inician este martes en Viena las negociaciones finales en busca de un histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

La ronda de negociaciones en Viena se pondrá en marcha al mediodía con un almuerzo de trabajo entre Mohammad Javad Zarif y la representante europea, Catherine Ashton.

Por la tarde, los representantes occidentales y Zarif celebrarán una primera reunión, mientras que los ministros del grupo 5+1 llegarán a Viena en el transcurso de la semana.

A continuación exponemos las diez claves para entender las negociaciones, que tienen como fecha límite el 24 de noviembre.

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-¿Qué se negocia?

Las potencias occidentales reclaman a Irán detener su programa nuclear, por temor a que Teherán utilice su arsenal con fines militares y, así, pueda desarrollar la bomba nuclear. El gobierno de Hassan Rohani, por su parte, rechaza estas acusaciones, y sostiene que este desarrollo se debe a motivos pacíficos.

Entre los principales reclamos del G5+1, que quedaron estipulados en el preacuerdo alcanzado en noviembre de 2013, se presentan las siguientes exigencias: detener el enriquecimiento de uranio por encima del 5% de pureza; diluir todas las reservas de material enriquecido al 20%, con el objetivo de no permitir mayor enriquecimiento; y detener la construcción de instalaciones para el desarrollo de uranio, entre otras.

En esa línea, occidente solicita reducir significativamente el número de plantas centrifugadoras –máquinas esenciales para el proceso de enriquecimiento-. Hoy Irán cuenta con cerca de 10.000, y las potencias exigen que queden aproximadamente 1.500.

Por su parte, Teherán exige que se reduzcan sensiblemente las sanciones económicas que desde hace años golpea a su economía. De esa manera, pide también que no se impongan más sanciones con relación a su programa nuclear si cumple con sus compromisos.

 AP 163
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-Acuerdo preliminar

El 24 de noviembre de 2013, Irán y el G5+1 lograron un histórico acuerdo preliminar en Ginebra. A través del mismo, que entró en vigor en enero de 2014, Teherán tuvo acceso a 4.200 millones de dólares, en concepto de ventas de petróleo, a cambio de congelar todo su programa nuclear durante seis meses. A su vez, sólo se permitió al régimen persa enriquecer uranio por debajo del 5%.

En los seis meses siguientes, se alcanzaron algunos resultados concretos, como la modificación de un reactor de agua pesada para que produzca menos plutonio, o que Teherán acepte un régimen más estricto de inspecciones.

No obstante, Irán sigue produciendo uranio enriquecido y no permite inspecciones en la base militar de Parchín. Dos puntos que suponen una gran traba en vistas de un acuerdo definitivo.

-Diferencias entre las partes

"Todavía quedan diferencias y todavía no sabemos si podremos superarlas", apuntó este lunes una fuente estadounidense.

Uno de los principales puntos sobre los cuales existe mayor tensión es la explotación de miles de centrifugadoras susceptibles de aportar la materia prima para bombas atómicas. El reactor de agua pesada de Arak podría producir plutonio -otra vía de acceso al arma nuclear.

"Todavía quedan diferencias y todavía no sabemos si podremos superarlas"

Durante varios meses la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) certificó la colaboración de Irán tras el preacuerdo firmado en Ginebra, en noviembre pasado.

Sin embargo, Teherán y el G5+1 no llegaron a un acuerdo en el primer plazo, por lo que se extendió hasta noviembre. Las potencias occidentales sospechan que existe la posibilidad de que Irán esté ocultando un programa atómico militar bajo un plan con objetivos civiles.

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-La posición de Irán

A diferencia del escepticismo que maneja Occidente, el presidente de Irán, Hassan Rohani, aseguró que habrá un acuerdo nuclear con las potencias del G5+1, y que cree que podrá lograrse dentro del límite fijado el 24 de noviembre.

"Hemos llegado a un consenso sobre las generalidades y solo falta trabajar los detalles finos: si alcanzaremos un acuerdo dentro de los próximos 40 días, si se ampliará el tiempo, etc...", afirmó a sus compatriotas en un discurso nocturno televisado en directo.

"Por supuesto que los detalles también son importantes, pero lo importante es que el asunto nuclear es irreversible. No volveremos a la situación de hace un año. El mundo está cansado y quiere que esto acabe, que sea resuelto a través de negociaciones", afirmó.

-La posición de Occidente

"Creo que no sabremos hasta dónde podemos llegar ni si podemos llegar a un acuerdo o un plan de acción integral hasta que el mismo día 24", agregó una alta funcionaria del Departamento de Estado de EE.UU., que pidió el anonimato.

"Estamos en un punto muy, muy difícil en esta negociación", admitió la funcionaria, quien indicó que "este es el momento para que Irán respalde sus palabras con acciones creíbles y verificables de que no quiere buscar un arma nuclear".

La fuente aseguró que, desde el comienzo de las negociaciones en enero pasado, "se han hecho más progresos de los que nadie habría esperado, primero deteniendo los avances en el programa nuclear de Irán y después creando espacio y tiempo para ver si podemos llegar a un acuerdo".

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-Las consecuencias de un eventual acuerdo

El éxito de las negociaciones abriría la vía a una normalización de las relaciones entre Irán y Occidente y a posibles cooperaciones, particularmente con Estados Unidos, frente a los conflictos de Irak y Siria.

Reduciría además los riesgos de proliferación nuclear en Medio Oriente y permitiría a Teherán reactivar su economía. No obstante, varios analistas piensan que no habrá un acuerdo definitivo el 24 de noviembre.

Ante la posibilidad de que las negociaciones deban volver a postergarse, miembros destacados del Congreso estadounidense amenazan con adoptar nuevas sanciones contra Irán si no se llega a un acuerdo.

-Influencia de Israel y Rusia

Las negociaciones entre Irán y el G5+1 fueron uno de los pocos factores que produjeron un acercamiento entre Estados Unidos y Rusia, uno de los principales socios de Irán. La importancia de este acuerdo llevó a Washington y Moscú a dejar de lado sus divergencias sobre la guerra en Ucrania.

El 13 de noviembre pasado, John Kerry y Serguei Lavrov, su homólogo ruso, llamaron a "encontrar un acuerdo global lo antes posible".

En los últimos días, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu volvió a presionar al pedir al presidente norteamericano Barack Obama firmeza en las negociaciones con Irán. El mandatario exigió que Teherán se sitúe en "el umbral de ser una potencia nuclear".

 Reuters 163
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-Consecuencias para la economía iraní

Irán, que sufre desde hace años severas sanciones internacionales, desea que cesen esas medidas que dañan su economía. Incluso este es, posiblemente, uno de los principales motivos por los que el gobierno persa comenzó las rondas de negociaciones con Occidente.

Según expertos, si el 24 de noviembre Teherán y las grandes potencias llegan a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní, las repercusiones económicas serán positivas para Irán y sus interlocutores.

Por lo pronto, tras el preacuerdo firmado en enero, ya fueron levantadas algunas sanciones y comenzó la transferencia de 4.200 millones de dólares, en concepto de ventas de petróleo, que exigía Teherán.

-Los 12 años de crisis

La crisis nuclear iraní lleva 12 años de idas y vueltas entre el gobierno persa y las principales potencias occidentales, que buscan evitar el desarrollo de uranio con fines militares.

La polémica provocó tensiones que llevaron incluso a un riesgo de guerra, nutrido en particular por el temor que causa en Israel y los países del Golfo la idea de que Irán disponga de la bomba atómica.

La llegada de Rohani al gobierno persa trajo algo de moderación a las fuertes tensiones que había. Sin embargo, aún persisten los ideas y vueltas, y las expectativas de occidente a un eventual acuerdo la semana próxima no son las mejores.

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-El impacto del Estado Islámico en las negociaciones

Si bien aún mantienen grandes diferencias en torno al programa nuclear, en los últimos meses Irán y las potencias occidentales encontraron un punto en común: su resistencia al avance del grupo terrorista del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

El gobierno de Hassan Rohani es uno de los pocos que apoya el régimen de Bashar Al Assad, mientras que Estados Unidos es el gran opositor al dictador sirio. Sin embargo, la amenaza de ISIS es un buen motivo para no detener las conversaciones entre Teherán y occidente.

Gran parte de los especialistas sostienen que es difícil que se llegue a un acuerdo la próxima semana. Pero la creciente problemática que trajo el ascenso del grupo yihadista a Medio Oriente seguramente llevará a las partes a no querer levantarse de la mesa de negociación.