Cepo al dólar: Boudou, Echegaray y Lorenzino minimizaron su impacto cuando se lanzó

El rumor del mercado era que el Gobierno anunciaría alguna medida sobre el dólar. Cómo fue la noche en que los tres funcionarios anunciaron el comienzo de la restricción a la compra de divisas extranjeras

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Eran casi las nueve de la noche del 28 de octubre del 2011 cuando Sergio Poggi, el jefe de Prensa del entonces ministro de Economía Amado Boudou, convocó a una repentina conferencia en el Salón de los Cuadros del ministerio. A esa hora ya quedaban pocos periodistas, y sólo asistimos cinco acreditados. Hacía menos de una semana, la presidente Cristina Kirchner había ganado la reelección con el 54% de los votos y el Gobierno se preparaba para lanzar un control a la compra de dólares desde la AFIP que marcó el inicio del cepo cambiario.

Un sistema que se trasformó no sólo en la prohibición de compra de dólares para particulares y empresas, sino también en declarar como ilegales las operaciones en el mercado paralelo de cambios, algo nunca visto en la historia económica de la Argentina.

En la sala nos esperaban Boudou y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y luego se sumaría el entonces secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. La preocupación estaba centrada en la fuerte caída de las reservas del Banco Central: antes de las elecciones presidenciales habían descendido unos u$s4.600 millones, y ese 28 de octubre, el dólar "contado con liqui" llegó a los $4,80, con un dólar oficial a 4,40 pesos para la venta.

El rumor del cierre del mercado era que el Gobierno iba a anunciar alguna medida. Se rumoreaba una suspensión de las operaciones del contado con liqui por la suba que había tenido en los últimos días y porque era una manera de sacar dólares al exterior, a través de la compra de bonos y acciones que coticen en la bolsa porteña y en Wall Street, transacción para la que se necesita una cuenta en dólares en el exterior.

El rumor del cierre del mercado era que el Gobierno iba anunciar alguna medida.

Pero finalmente no fue así. El instrumento que se creaba era un paso adicional para la compra de dólares, que consistía en la corroboración de la disponibilidad de fondos suficientes para adquirir la cantidad demandada. Los bancos estarían a cargo de la verificación a través de un sistema conectado con la AFIP, pero los funcionarios no decían la verdad.

Lo anecdótico es que mientras Boudou y Echegaray nos explicaban que a partir del lunes siguiente la AFIP controlaría las compras de dólares de los individuos y las empresas, leo un tweet de mi colega Pablo Wende. Allí informaba que "El gobierno impondría un control a las compras de dólares y habría un dólar paralelo con un desdoblamiento del mercado cambiario".

Sin perder tiempo, me dirijo a Boudou y Echegaray y les manifiesto esta información. Boudou, de inmediato y frente a nosotros lanzó desde su celular un tweet que decía: "No ha cambiado nada de nada respecto a la posibilidad de comprar dólares. Todo aquel que pueda demostrar sus ingresos puede adquirirlos". La batalla por el dólar comenzaba en el mundo de los 140 caracteres.

Era evidente que los funcionarios no contaban todo acerca de la magnitud del cepo. Echegaray dijo: "Se trata de una medida para evitar que no más de 200 inescrupulosos aprovechen la libertad del mercado". Pero el titular del organismo recaudador aclaró que "las personas y empresas que deseen comprar dólares en casas de cambio y bancos, cualquiera sea el monto y el destino de la transacción, deberán demostrar la capacidad económica para hacerlo y cuando un individuo requiera las divisas en la ventanilla, el cajero verificará a través de un sistema online conectado con las bases de datos de AFIP si sus ingresos habilitan la compra. Pero podrán hacerlo sin problemas".

Los funcionarios también aseguraban que la capacidad de compra mensual no estaría definida por el salario de cada individuo, sino por el "flujo de ingreso que posea su cuenta sueldo y el resto de su patrimonio declarado".

"Nosotros buscamos que todas las operaciones cambiarias se canalicen a través del mercado formal, es una medida que apunta a la equidad, la transparencia y a evitar el lavado de dinero", explicó Boudou y agregó: "Detectamos más de 100 CUIT y CUIL cuyos ingresos no se condicen con los dólares que compraron".

Boudou Echegaray y Lorenzino nos decían que con estas nuevas medidas se terminarían los "coleros" y "prestanombres" y las "cuevas" en el mercado cambiario. Afirmaban que no existirían dificultades técnicas para implementar la nueva plataforma informática y que los ansiosos podrían corroborar todo en la web de la AFIP. Lo que nos contaron era que la conferencia de prensa de aquella noche poco tenía que ver con lo que después se transformo en el cepo cambiario.