Se desploma la industria automotriz en Venezuela: cayó un 82% en lo que va del año

La producción se vio afectada por la falta de materiales importados para ensamblar las piezas industriales. Desde enero, sólo fueron fabricados 10.286 vehículos. Un síntoma más de la crisis económica del país

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De acuerdo con datos de la Cámara Automotriz de Venezuela, la industria se desplomó un 82% durante los primeros tres trimestres de 2014, en comparación con el mismo lapso de 2013. En septiembre, producción de automóviles fue de 1.778 unidades, una cuarta parte de los 7.106 vehículos de septiembre del año pasado. Asimismo, el ensamblaje total de vehículos entre enero y septiembre llegó a 10.286 unidades, menos de una quinta parte de los 58.073 vehículos producidos en ese mismo período de 2013.

Durante los últimos tres meses, ha habido un estancamiento de la producción respecto al año pasado, con varias de las ensambladoras entrando o saliendo de paralizaciones. En el caso de septiembre, dos de las siete ensambladoras en el país, Mack y Chrysler, tuvieron producción cero por quinto mes consecutivo.

La caída de la producción, acompañada de problemas sindicales, se debe a la falta de materiales para ensamblar, que son importados. Al no haber stock, las plantas y las fábricas automotrices están paralizadas. A esto se suma que los precios de venta de los vehículos están regulados por el gobierno de Nicolás Maduro.

El año 2014 ha es el peor de la industria automotriz venezolana

El año 2014 ha sido calificado como el peor de la industria automotriz venezolana tanto por voceros de las empresas como por representantes sindicales. La sequía de divisas que lastra la economía del país desde hace 19 meses ha significado, además, la acumulación de deudas con las casas matrices de los fabricantes por montos que bordean los 2.000 millones de dólares.

Los retrasos en liquidaciones de divisas para el sector privado venezolano por parte del Gobierno en un contexto de control de cambio abarcan también áreas como alimentos, medicinas, insumos químicos y líneas aéreas, superando los 10.000 millones de dólares pendientes. También la escasez golpea el bolsillo de los ciudadanos, que se ven forzados a recorrer distintos lugares y hacer largas colas para comprar productos elementales, como pollo, leche o manteca.