Economía prevé expandir el consumo pese a un nuevo aumento de la presión tributaria

El Presupuesto 2015 proyecta que la demanda de las familias pase de crecer un modesto 0,5% real en el corriente año a 2,9% el próximo. En contrapartida, planifica una absorción de recursos privados equivalente a dos puntos del PBI

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 Prensa AFIP 162
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La recaudación tributaria se prevé que se eleve de 1,16 billones de pesos corregidos como meta para todo 2014 a 1,49 billones el año próximo, equivalente a un salto de 28,06 a 30,02 por ciento del PBI. Frente a un producto que a valores corrientes se estima ascenderá en 19,7 por ciento, esa previsión de incremento de los recursos significa una previsión de repunte real de poco más de siete por ciento en doce meses.

Se sabe que en una economía en franco crecimiento los recursos tributarios también se comportan cíclicamente y hasta pueden expandirse en mayor medida, sobre todo si se viene de un período previo franca y largamente contractivo, que pudo haber afectado la disciplina fiscal.

Sin embargo, no parece que ese fuera el escenario actual, aunque tanto las previsiones de variación de la actividad, como más aún del consumo, se ubican a contramano del consenso de las consultoras privadas, las cuales proyectan sendas bajas en torno a dos por ciento para el corriente año y cercana a tres por ciento, para el próximo.

No obstante, el proyecto de ley de Presupuesto de Gastos y Recursos para 2015 asume el supuesto que los recursos tributarios del sector público nacional, sin provincias y municipios, se elevarán al equivalente a 30% del PBI, dos puntos porcentuales en comparación con 28% que estimó que alcanzará este año.

 Ministerio de Economía 162
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Como es habitual en las conferencias de prensa donde el administrador federal de ingresos públicos, Ricardo Echegaray, y el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, ahora también se justifica en el articulado "la suba estimada en la recaudación nominal se explica, principalmente, por los aumentos proyectados en la actividad económica, el comercio exterior, la remuneración imponible y los precios y por las mayores ganancias obtenidas tanto por las sociedades como por las personas físicas. En el mismo sentido, incidirán la continuidad en la mejora del grado de cumplimiento de las obligaciones tributarias".

Si realmente ocurrieran esas premisas, se podría justificar el aumento nominal de la recaudación y real, en la proporción del crecimiento esperado de la generación de riqueza, y tal vez alguna mejora por mayor disciplina fiscal en un escenario de cambio de expectativas de los agentes económicos.

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Pero un salto de medio punto del PBI en lo que ingresaría por Ganancias, sólo luce sustentable en un nuevo aumento de la presión tributaria sobre los asalariados y también sobre las empresas, en el primer caso a través de la demorada actualización de los mínimos no imponibles y, en particular de las deducciones especiales que no se mueven desde hace más de una década, pese a que los salarios y la inflación se multiplicó varias veces en términos nominales; y en el segundo por la negativa a permitir la actualización de los balances por inflación.

Un salto similar se asume en el caso del IVA, pese a que los datos correspondientes a los primeros ocho meses de 2014 muestran un claro deterioro en términos reales, por efecto del derrumbe del consumo, en particular de los bienes durables, que son los de mayor valor.

Y otro incremento similar de medio punto del PBI se proyectó para el caso de los aportes y contribuciones a la Seguridad Social, pese a que la Encuesta Permanente de Hogares correspondiente al primer semestre dio cuenta de una fuerte disminución del empleo, más en negro, pero también en blanco. Y los informes del Indec indican que la suba media de las remuneraciones ha comenzado a caer respecto de la inflación.

El Banco Central y la Anses aportará al Tesoro más de 157.000 millones de pesos paga pagar gastos

Sólo a través de la repetida estrategia de subestimar la inflación y potenciar el crecimiento real de la economía se pueden mostrar datos que describen la esperanza de una macroeconomía virtuosa, pese a que una vez más se reconoce la dependencia del Banco Central, no sólo para poder cumplir con el pago de los vencimientos de deuda pública, sino también para mostrar un superávit primario de 50.449 millones, cuando descontado ese efecto sería deficitario en más de 107.000 millones de pesos.