Los "presidenciables" se disputan el respaldo de los sindicatos

Macri y Massa "pelean" por Moyano, quien todavía no da señales de por quién se inclinará. Sin nombres rutilantes, Scioli suma seccionales. Randazzo espera tener de su lado los gremios fuertes del kirchnerismo

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 Télam 162
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Podrá decirse que 330 días es una considerable cantidad de tiempo, durante el cual pueden suceder y replantearse muchas cuestiones; especialmente en la Argentina, donde los ciclos políticos parecen consumirse a una velocidad que está muy por encima de la que se verifica en otros países o ámbitos de actuación.

En cualquier caso, a la dirigencia sindical no le resulta tan distante el 8 de agosto de 2015, fecha planificada para la realización de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), la instancia electoral que define las listas que presentará cada agrupación política en la compulsa decisiva. Es por eso que, justo con la inminente llegada de la primavera, han comenzado a florecer las mesas sindicales de apoyo a los distintos postulantes a suceder a la doctora Kirchner.

El último en presentar su brazo de sostén gremial fue el gobernador de Entre Ríos, el kirchnerista Sergio Uribarri, hace dos días en el microestadio de Ferro. Estuvieron en primera fila haciéndole el aguante el ministro Julio de Vido y el jefe de los encargados de edificios (Suterh) Víctor Santa María. El actual presidente del PJ porteño tomó distancia de Scioli, pero no de sus sueños de suceder a Macri en el Gobierno de la Ciudad.

A cualquiera lo desvela acertar con el candidato que se imponga el 25 de octubre del año que viene, pero especialmente si se trata de alguna de las casi 400 organizaciones sindicales -por chicas que sean- que deben renovar autoridades antes de la realización de las PASO 2015; sea Luz y Fuerza, la UTA, Comercio, La Fraternidad o los azucareros de Tucumán.

Hay que decirlo: también les importa a los políticos contar con la adhesión sindical en tiempos preelectorales, aunque después coincidan en tratarlos -a veces públicamente- de piantavotos.

Se habló de "30 gremios" a cargo de la convocatoria uribarrista, pero los verificables fueron cuatro: el taxista Omar Viviani, Osvaldo Iadarola (Foetra), Hugo Medina, de trabajadores de TV y Norberto Di Próspero, mandamás del personal legislativo. Básicamente, Uribarri defendió su gestión provincial y la de Cristina a nivel nacional. Todavía no se definieron, pero también lo miran con simpatía al entrerriano el constructor Gerardo Martínez y el jefe de la CTA K, Hugo Yasky.

El rasgo justicialista de la inmensa mayoría de las organizaciones sindicales explica que las posiciones se repartan entre algunos de los precandidatos peronistas. Pero a ese lote habrá que sumar también a Macri, que ya no habla de sindicalistas a secas sino del "movimiento obrero", como le recomendó su subsectretario de Trabajo en la Ciudad, Ezequiel Sabor.

Por lo pronto, ya juega para el macrismo abiertamente Dante Camaño, cuñado de Barrionuevo y jefe de los gastronómicos porteños. Hasta Moyano coquetea ahora con el jefe de Gobierno de la Ciudad, con quien negocia acuerdos publicitarios para Independiente, sin que los separe ni un sí ni un no. Se ve que quedó muy en el pasado cuando el camionero, siendo aún kirchnerista, reflotó las míticas 62 Organizaciones Peronistas, desplazándolo malamente al "Momo" Venegas del comando de esa sigla, sólo para minarle el campo a Macri.

A Massa, que va por afuera del PJ, tampoco le falta su propia mesa sindical. El ex intendente de Tigre tiene por ahora un poco de acá y un poco de allá. De la CGT oficial cuenta en su equipo con Héctor Daer (sanidad) y el petrolero Alberto Roberti. Del moyanismo suma, seguros, a Facundo Moyano (trabajadores de peajes) y al plástico Alberto Murúa; y al barrionuevista Carlos Acuña (estaciones de servicio), que prestó el camping de su gremio a Massa para celebrar allí el Día del Niño.

Moyano padre posterga una definición. Barrionuevo, hoy con De la Sota (que pinta para candidato a vice), es cambiante: un día dice que Massa "es la frescura" y otro que "es un cagón". Como sea, ambos sindicalistas pintan para incorporarse al massismo.

"Los tiempos nuestros no son los de los políticos. Ninguno de los candidatos que se mencionan con posibilidades (Scioli, Massa, Macri) va a llegar, porque la cosa está cada vez más fea. Para fin de año, el país va a estallar", dramatizó ayer Barrionuevo, al informar que hoy la CGT opositora pondrá fecha a una marcha de protesta contra el Gobierno.

Scioli, en cambio, no ha sumado nombres rutilantes de este universo, aunque casi todas las semanas, se inauguran mesas gremiales en su apoyo, motorizadas por algunos de sus funcionarios más próximos. Hace diez días se puso en marcha una pata sindical en el partido de Morón, pero con una decena de seccionales. Tiene sí de su lado al canillita moyanista Omar Plaini, a cargo de reclutar dirigentes gremiales para el bonaerense.

Voceros gremiales de Florencio Randazzo señalan que el ministro que contaría con la bendición de Cristina es sostenido por estatales de UPCN, químicos, tintoreros y un sector de los gráficos. Pero ya tiene presidente para su tablado gremial, el ferroviario Sergio Sasia, que sigue a sol y sombra en sus giras provinciales al hombre que maneja el Transporte en la Argentina. "Se lanza oficialmente en octubre o noviembre", dijeron a Infobae.

Para entonces Randazzo espera tener de su lado a varios gremios fuertes del cristinismo, como la UOM de Caló y Obras Sanitarias de José Luis Lingeri. ¿También se va a sumar a este espacio el mercantil Armando Cavalieri? Se verá... El resto de los candidatos peronistas (Urtubey, Rossi, Julián Domínguez y Aníbal Fernandez), hasta acá, no han logrado mover el amperímetro entre los representantes de los trabajadores.

"No importa cuál es el candidato: la clave es que todo el peronismo esté detrás", dice siempre Ricardo Pignanelli, jefe del SMATA. Pero en cambio no respondió cuando este medio lo llamó ayer varias veces al hombre que odia a los "zurdos" para ratificar si contaban con su aval los militantes del gremio mecánico que el jueves coparon el Congreso para abuchear e insultar al diputado Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, cuando éste habló del conflicto sindical en la autopartista Lear.