Diálogos de paz con FARC: "No queremos una víctima más, sea de la organización que sea"

La segunda delegación de afectados por la guerra que viajó a La Habana pidió al gobierno de Colombia y a la guerrilla que acepten un cese al fuego urgente

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Golpeados personalmente, sus familias o comunidades por un conflicto armado de más de 50 años en Colombia, 12 personas reclamaron este miércoles en La Habana a guerrilleros y gobernantes que acepten un cese al fuego para que no haya "una víctima más".

"No queremos una víctima más, sea de la organización que sea", dijo ante periodistas con serenidad, pero vehemente, Teresita Gaviria, cuyo hijo Donald desapareció en el departamento de Antioquia, en 1998.

"No queremos que desaparezca una persona más", enfatizó a la prensa, tras testimoniar ante los plenipotenciarios del gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), que negocian desde noviembre de 2012 el fin del conflicto armado y la paz en La Habana.

Gaviria integra el segundo grupo de 12 víctimas que testimoniaron este miércoles ante las dos partes y que pidieron un urgente "cese bilateral al fuego" entre ambos bandos. El primer grupo lo hizo el 16 de agosto.

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"Como víctimas exigimos que se asuman los compromisos necesarios y responsables para que de manera urgente se dé un cese bilateral al fuego y las hostilidades, con el propósito de prevenir nuevos hechos que victimicen a la población colombiana", dijeron las víctimas en un comunicado leído a la prensa.

El conflicto armado de más de cinco décadas que ha involucrado a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y agentes del Estado, deja ya unos 220.000 muertos y 5,3 millones de desplazados, según cifras oficiales.

"Que garanticen la no repetición (de los dramáticos hechos), que se reconozca el daño ocasionado", pidió por su parte, Gloria Gómez, hermana del líder estudiantil Leonardo Gómez, cuyo cadáver fue encontrado en 1983 con señales de tortura, tras varios días desaparecido.


FARC reconoció que ha causado "mucho dolor"

Consuelo González fue secuestrada por las FARC en septiembre de 2001 y liberada en enero de 2008, cuando era representante a la Cámara de Diputados por el departamento de Huila.

"Han reconocido, en mi caso, los señores de las FARC que sus acciones han causado mucho dolor y han manifestado su disponibilidad y su voluntad de hacer todos los procesos que sean necesarios para contribuir a que esos sucesos lamentables que se generan en un conflicto, no sigan sucediendo en el país". dijo.

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Interrogada sobre un artículo publicado en el sitio de las FARC hace una semana, en el cual se desacreditó el carácter de "victima" de la representante Clara Rojas, también secuestrada por la guerrilla, González dijo no conocer el escrito del que más tarde la jefatura de la guerrilla se desmarcó, pero dijo haber compartido con Rojas "la tragedia, la crueldad y el horror del secuestro".

Un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal, las Naciones Unidas y en Centro de Pensamiento y Seguimiento de lo Diálogos de la Universidad Nacional, que seleccionaron y trasladaron a ambos grupos, dijo que en esta ocasión había representadas "nuevas formas de victimización".

Ellas son "el reclutamiento forzado, el asesinato selectivo contra líderes sindicales y sus familias y los efectos devastadores de las minas antipersona".


Víctimas de comunidades negras en indias

Esau Lemos habló en nombre de la comunidad negra y afrocolombiana, que han visto a miles de sus integrantes desplazados por el conflicto.

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"Quisiera decirle a las dos partes (...) que las víctimas necesitan garantías para el acceso a la Justicia", lo que quiere decir "respeto por los gobiernos propios y los reglamentos internos de las comunidades".

Al responder a la pregunta sobre qué esperan de la paz, Gabriel Bisbicus, representante de 34 comunidades indígenas desplazadas por la guerra, dijo que "mayor comprensión, hermandad, solidaridad, tranquilidad, donde nuestros niños y niñas tengan mayor esperanza de vida con justicia social".

Bisbicus señaló que, debido al conflicto, esas comunidades indígenas están "en vías de extinción física, cultural y espiritual".

El diálogo entre víctimas y actores del conflicto armado ocurrido en La Habana, "ha sido un momento demasiado importante", sostuvo González.

"Tuvimos lo que queríamos", resumió, por su parte, Teresita Gaviria.