Mitos y verdades sobre el refuerzo de vacunas para los más chicos

Durante septiembre y octubre se ofrecerá una dosis extra contra el sarampión, rubéola y polio a todos los menores de cinco años. El objetivo es asegurar una cobertura superior al 95%. ¿Por qué es importante recibirlas?

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 Shutterstock 162
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El pasado lunes 1 de septiembre, desde el Ministerio de Salud de la Nación, se lanzó una nueva campaña de vacunación contra el sarampión, la rubéola y la polio. La iniciativa tiene como objetivo sostener la eliminación de estas tres enfermedades en el país. Gracias a estas vacunas, en Argentina no tenemos casos de poliomielitis desde el año 1984, de sarampión desde 2000 y de rubéola desde 2009.

Si bien en nuestro país estas enfermedades han sido eliminadas, en otras regiones del mundo, estos agentes virales continúan circulando y provocan cuadros graves y muertes.


Mitos y brotes

Aunque no cuentan con sustento científico, continúan circulando numerosos mitos acerca de las vacunas. Por ejemplo, ya se ha comprobado que la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) no causa autismo y, sin embargo, todavía debemos afrontar las serias consecuencias que produjo este temor en el mundo. Debido a que muchos padres dejaron de vacunar a sus hijos, los casos se incrementaron en distintos países y la infección se diseminó a otras regiones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2013 se registraron más de 30.000 casos en Europa, 77.000 en el continente africano y unos 16.000 en el sudeste asiático de sarampión. De acuerdo a relevamientos de 2012 de este organismo internacional, cada año nacen aproximadamente 110.000 niños con síndrome de rubéola congénita alrededor del mundo.

Respecto a la poliomielitis, es endémica en Pakistán, Afganistán y Nigeria. Además en otros 12 países africanos se registraron brotes durante 2014. En el resto del mundo no se notifican casos, Latinoamérica está libre de la enfermedad hace más de 20 años y Argentina cumplió tres décadas sin pacientes infectados con poliomielitis salvaje. No obstante, existe el riesgo latente de casos importados desde países con circulación viral activa y personas infectadas.


Protección y vacunas

La manera de evitar que se produzcan nuevos brotes y mantener a nuestra comunidad libre de estas enfermedades es mantener altas las coberturas de vacunación. Cuando una persona recibe la inmunización, está colaborando en disminuir la circulación del virus en la comunidad. De este modo, no sólo se protege a sí misma, sino al mismo tiempo protege a su familia. Por eso, es clave la consulta con el pediatra, a fin de despejar dudas acerca de cualquier vacuna y garantizar la protección de todos los niños y de su entorno. En este sentido, también

es importante recordar que, para obtener una adecuada respuesta inmunológica, es necesario cumplir con el número de dosis y refuerzos necesarios, además de respetar los intervalos entre los mismos.

Objetivos de la campaña

El sarampión, la rubéola y la polio son enfermedades que afectan principalmente a los chicos menores de 5 años y pueden ser graves. En el marco de la campaña nacional de vacunación, que se extiende desde el 1 de septiembre al 31 de octubre, los niños de 1 a 4 años deberán recibir una dosis extra de la vacuna doble viral (sarampión y rubéola) y una dosis más de la vacuna Sabin para inmunizarlos contra la poliomielitis que normalmente reciben a través del Calendario Nacional de Inmunizaciones (CNV).

Si bien está contemplada la aplicación de estas vacunas durante los primeros meses de vida, al año de vida y al ingreso escolar, siempre existe un pequeño porcentaje de las personas que las reciben que puede no responder a la inmunización de la forma esperada. A través de esta campaña, se busca aumentar las coberturas, es decir "asegurar que más del 95% de los niños de esta edad estén vacunados y también proteger a aquellos chicos que recibieron la vacuna, pero no desarrollaron una respuesta efectiva", expresó la doctora Cynthia Vartalitis, médica pediatra de FUNCEI.


Características de las enfermedades

Los síntomas clásicos del sarampión son fiebre, tos y erupciones en la piel. Entre sus principales complicaciones, puede causar neumonía, convulsiones, ceguera, retraso mental, encefalitis e incluso la muerte. Es una infección muy contagiosa que se transmite por vía respiratoria a través de las gotitas de saliva expulsadas al hablar, toser o estornudar.

La rubéola también se transmite a través del aire. Suele aparecer en la infancia pero si una mujer embarazada la contrae al inicio de la gestación, el feto puede sufrir retraso mental, cataratas, sordera y cardiopatía con elevada mortalidad.

La poliomielitis, afecta al sistema nervioso, es capaz de destruir las células encargadas del control de los músculos y producir parálisis con secuelas permanentes. Aunque afecta principalmente a los niños menores de 3 años, puede darse en chicos mayores e incluso en adultos.

"Por eso, al prevenir la enfermedad en los más pequeños, también se evita el contagio y se protege a otros miembros de la comunidad. En cuanto a la rubéola, es importante vacunar a los niños para que no contagien a las mujeres embarazadas", agregó la especialista.

Es importante recordar que estas enfermedades constituyen un riesgo para todas las personas que no las hayan padecido o que no estén inmunizadas.