Pese a que su complicada estadística daba prueba de lo dificultoso que le resultó a Carlos Bianchi encontrar el camino para devolver a Boca a los primeros planos y reeditar sus épocas de gloria, de forma muy desprolija se manejó su salida. Al entrenador más ganador en la historia del club le habían prometido una última oportunidad permitiéndole que dirigiría el partido del domingo ante Vélez y antes de que dirija la práctica decidieron ponerle un abrupto final a su tercer ciclo y despedirlo.
Aunque desde La Ribera intentan dejar atrás el caos lo más rápido posible, y hasta cerraron al reemplazante del 'Virrey' en menos de 24 horas (Rodolfo Arruabarrena), su clásico adversario no podía dejar pasar la oportunidad de mofarse de la situación. Haciendo hincapié en el trato a los ídolos y trazando un paralelismo con la salida de Ramón Díaz en River, los fanáticos de 'millonarios' le dedicaron varios cómicos afiches.