El mago británico quiso superar sus dos hazañas anteriores, con las que arrasó levitando al lado de un emblemático autobús londinense rojo típico y caminando sobre las aguas del río Támesis con el fin de grabarlo para incluirlo en su último espectáculo.
El número del ilusionista generó bastantes expectativas entre millones de aficionados. Sin embargo, el buen ojo de unos cuantos espectadores dieron cuenta en Twitter de cómo había realizado el truco. Unos cables tensos que sujetaban al ilusionista salieron en una fotografía publicada en Twitter, donde varias quejas lo catalogan de fail (fracaso) porque se perdió la magia de todo.