La Iglesia pidió que cese la persecución a cristianos en Irak

En línea con la postura del papa Francisco, los obispos argentinos se pronunciaron por la dramática situación que se registra en el norte de ese país. Reclamaron que se respete la libertad religiosa

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 Télam 162
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La violencia de la que son objeto los cristianos en el norte de Irak a manos de los islamitas radicalizados es desde hace semanas uno de los temas que concentran la preocupación mundial. Los terroristas del Estado Islámico obligaron a desplazarse a cientos de miles de personas y las noticias de muertes, torturas y prácticas aberrantes se han convertido en moneda corriente.

Esos ataques han motivado que los EEUU inicien bombardeos contra los yihadistas. Tal es la gravedad de la situación, que el Vaticano, usualmente reticente a esas reacciones, respaldó los operativos con el objetivo de que se proteja a esa minoría.

En un comunicado emitido desde la 168º Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), la Iglesia sumó su denuncia sobre una "violenta persecución a las comunidades cristianas que se desencadenó en estas últimas semanas" en el norte de Irak. "Ancianos, niños y mujeres embarazadas son tratados con un rigor inhumano y ya son numerosos los muertos en ese destierro forzado", protestó.

"La historia nos enseña que la intolerancia viene de la mano con la más cruel de las violencias, y lo primero que se pierde es la paz, tan necesaria para la convivencia humana. Las naciones que no aceptan ni valoran la pluralidad religiosa se aíslan de la comunidad internacional y se cierran a la cultura del encuentro. Lo que es más grave, para llevar a cabo su crueldad, invocan el nombre de Dios, que es Padre de todos los hombres", indicó el documento.

Los obispos argentinos se sumaron a la oración especial que el papa Francisco pidió a los fieles por este caso e invitaron a "todos los hombres de buena voluntad" a hacer lo propio. "Que el próximo fin de semana en todas las celebraciones eucarísticas se incluya de manera particular esta intención", pidieron.

"Elevamos las manos al Dios de la paz y el bien, al Dios clemente y misericordioso: para que cese la persecución a los cristianos y demás creyentes, reine la paz, vuelva la concordia y la razonable convivencia entre los iraquíes; que superando la intolerancia se privilegie el respeto por el derecho de toda persona a profesar libremente sus creencias", culminaron.