Familiares de Riquelme, Astrada y los hermanos Milito fueron también víctimas de secuestros

El rapto del padre de Carlos Tevez es el último caso de un tipo de delito con numerosos antecedentes en los últimos años

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El secuestro de familiares de futbolistas tiene una triste tradición en la Argentina. Carlos Tevez se convirtió hoy en el último caso, pero antes lo sufrieron parientes de Leonardo Astrada, Juan Román Riquelme y los hermanos Diego y Gabriel Milito, entre otros.

El 26 de junio de 2003, Rubén Oscar Astrada, de entonces 61 años, fue interceptado por un grupo de delincuentes cuando se trasladaba con su auto por la localidad de Boulogne. El padre del mediocampista y luego director técnico de River fue liberado recién 27 días después en Moreno sin la necesidad de que se pagara un rescate.

Cristian Riquelme, en ese momento de 17 años, fue secuestrado el 3 de abril de 2002. Tras 19 horas de cautiverio, el ex enganche de Boca pagó 160.000 dólares por el rescate de su hermano. Diez días más tarde, la Policía Bonaerense detuvo a 34 personas acusadas de integrar la organización delictiva. La banda también había realizado los secuestros del empresario textil Abraham Awada, del hermano de un importante narco de San Martín y del hijo del dueño de un corralón en Villa Concepción.

El 29 de agosto de ese mismo año, Jorge Milito, padre de Diego y Gabriel Milito, fue raptado por cuatro hombres a plena luz del día en la localidad bonaerense de Bernal. Los delincuentes pidieron medio millón de dólares por su liberación. En la madrugada del 31, fue liberado en el límite entre los partidos de Ezpeleta y Berazategui, luego de que sus hijos pagasen 100.000 pesos como rescate.

Esos fueron los tres casos de secuestros a familiares de futbolistas más relevantes, pero no los únicos. Germán Zapata, hermano del ex jugador de River e Independiente Víctor Zapata, estuvo cautivo durante 16 días en enero de 2003 y fue liberado tras el pago de 120.000 pesos.

El hermano de Erik Lamela también fue víctima de ese tipo de delito, aunque su caso fue distinto, ya que se trató de un secuestro exprés y al voleo. El 14 de noviembre de 2013, Axel Lamela fue abordado cuando se desplazaba en su automóvil BMW. Los delincuentes se comunicaron con su padre y reclamaron 100.000 pesos por su liberación. Pero apenas horas después aceptaron liberarlo por apenas 5.000 pesos.